Empecé a escribirlas desde Agosto o, tal vez antes… disculpen la sencillez, la brevedad o la idiotez de algunas, tan sólo quise dedicarles algo para el día de muertos. También, disculpen porque no las adapté a los “tiempos modernos” (Los nuevos bb, o lo que han posteado últimamente… etcétera.))

¿Sabían una cosita pequeñita?
Los weblogs son una dinamita.
Así unos despiertan, leen y trabajan
Y al anochecer los novios fajan.

Ya son tantos, muchos mexicanos,
Hartos españoles y cien venezolanos.
(Bueno, en realidad son más de cien.
Pero no soy ningún analista, ¿y bien?)

Me tomé la libertad el año pasado
hacer de sus cuerpos dulce azucarado,
y como buen libertino, también este año,
calaveritas de azúcar y chocolate amargo.

Hoy, está descansando la muerte,
Le robé su guadaña para el inerte.
No importa sean muchos, más cada día.
Hay tiempo, sonrisas y harta energía.

Querido lector, continúa leyendo…
Tu nombre puede estar en el referendo.
Si no es así, no te preocupes…
Algún día estarás, no te apresures.

arbolsep-pix

De los big-bloggers, que son doce.
Encerrados en una casa, sin goce…

Ake^Tok, o más bien Gabriela,
Desde hace mucho tenía su parcela,
No sabía que la utilizaría pronto
Y que dejaría sus clases de canto.

Adivinaron, fue en la regadera:
Un jaboncito, ¡qué fregadera!
Sus pies agarraron el vuelo
Y su cráneo partió el subsuelo.

La guadaña siguió con Anabel,
Jugaba con avioncitos de papel
Origami de katanas y de niños,
le robaron los años vividos.

De ocio, hizo un avioncito gigante,
Lo construyó y pintó muy elegante.
Cuando lo echó a volar, regresó…
Como boomerang, la cabeza le voló.

Triste, Axel Valdez fue testigo.
Mientras se comía un higo.
La boca llena y el corazón vacío,
“¿Qué hice para merecer ese castigo?”

El higo y su semillita traviesa,
La respiración se le atraviesa.
Murió ahogado, moradito, sin oxígeno.
Igual o más eficaz que el benceno.

De Arturo, ni se diga, poeta imberbe.
(No tenía barba, ni sentido del orbe),
Y eso fue una rima mal hecha,
Nomás para no hacerle mecha.

Les decía de su barba inexistente,
Que le obligó a poner cara demente.
Tomó su gillete con un afán obseso,
El cuello se rajó, a falta de seso.

Ehecatl se llama Edgar García,
Y la guadaña con él tuvo una manía.
Fue a su casa y pidió recetas de cocina,
Quería aprender como hacer cecina.

Pues Edgar se mostró muy solícito,
Claro, la Muerte en su puerta. ¡Friíto!
Cuando terminaron las clases…
Lo agarró del pescuezo, él era la carne.

¿Qué les puedo decir de Fabiola?
Ciertamente, no se encuentra sola.
Muy sociable, en toda reunión
La encuentras bailando una canción.

Pues se aventó el bailecito secreto,
Se lo habían propuesto como un reto.
No le dijeron que La Muerte quería eso.
Miró un rato y después le robó un beso.

De Jorge Carrillo no sé que decir,
Le gustaba la publicidad y el buen vestir.
(No es cierto, miento, viene con tenis
Al trabajo. En sus manos, una copita de anís).

No se lo llevó, puesto él ya sabía.
Si los dos, ya jugaban cartas noche y día.
Pues Carrillo intentó hacerle trampa,
La Muerte se rió, su filo le hizo escarcha.

Little Masochist o la pequeña masoquista,
Parece no gozar de muy buena vista.
¿Serán los lentes de avispón verde?
¿O es tan sólo, que a veces se pierde?

Lo que si miré con mis propios ojos,
Fue como intentó bañar a sus gallos.
Gallos de pelea, un poquito emputados,
Hicieron papilla sus lentes cuadrados.

Paulinita, igual de perdida, sin lugar
A donde ir, por su collarín y recetas.
Miró entristecida entre Guadalajara
Y el camino que lleva a Puebla.

Una estampida de vacas locas,
No suena coherente, ni suspicaz.
Sin embargo, por mi madre, así sucedió…
Esta escrito en los libros de Xavier Peró.

De Simultáneo no hay rima…
Es que no vale ni la risa.
Él vivió años muy felices,
De viejito se murió, sin deslices.

(No te creas, en serio, ¿ya viste?
Eres bien sentidote, ¿te la creíste?
Y si, si te moriste de sentido.
Poniendo la cara roja y estreñido).