Bob –mi cacto– y yo, hemos estado discutiendo la posibilidad de escribir la historia de un héroe sin igual. Así, sin más… sencillamente pienso en la historia y pienso en la frase–: un héroe sin igual, y ese héroe sin igual debe tener un cacto (influencia de Bob), y debe vivir en algún universo paralelo (influencia mía), su propósito es conocer a Barbara Mori (influencia de Bob) y debe evitar un desastre universal cada semana (influencia mía). Bob me ha dicho que el héroe debe ser parecido a mi, físicamente, pero le he dicho que para ser un héroe sin igual, tiene que ser chaparro, gordo y moreno (y vestir de charro, de preferencia). ¿Cuántos héroes conocen así, aparte de Benito Juárez? Que bueno, con eso no estoy diciendo que yo tengo el físico prototipo de un super héroe (si bien me va, del asistente del villano, por las ojeras y por la sonrisa –mente– siniestra). Además, tengo caspa… ¿cuántos bienhechores, de una magnitud estrambótica, tienen caspa? Ninguno que yo conozca.

Además, conociendo al pinche Bob, él acabaría siendo el pinche héroe de esa pinche historia.