Fest, después de observar un rato las fotos de Carolina (y otros usuarios) en 365 Days decidió unirse al reto, básicamente por dos cosas: porque presiente que su cámara digital esta muriendo y prefiere sacarle el mayor provecho, y porque aunque es un ejercicio muy aburrido, puede ser uno muy introspectivo el tomarse una foto diaria.
Ya es el segundo día y sabe que hay problemas, porque no se le ocurre que puede tomar en las foto, y no es que tenga miedo de aburrirlos, de lo que tiene miedo es de aburrirse de sí mismo, de ser insoportable a su propia consciencia. Es algo similar a Big Blogger–. ¿Cómo le hago para escribir de mí, todos los días, sin aburrirme de mí, todos los días? –porque, independientemente de lo mucho que pueda preocupar la opinión colectiva (que forma un porcentaje en tu propia opinión), uno acaba decidiendo por sus propios tanates cuán aburrido o infeliz es uno. ¿Cuántos auto-retratos, y de cuántas formas, puedes tomar antes de que acabes azorado de tu propia presencia y narcisismo? Fest se encoge de hombros, prefiere descubrirlo por sí mismo, ha decidido que si pierde uno de los 365 días, no lo intentará de nuevo.
Una parte rutinaria de la vida de Fest, es salirse a fumar el primer cigarro del día a la reja, sin haber desayunado siquiera. Ese primer cigarro es el que utiliza para ordenar sus pendientes, entre escolares y de trabajitos, proyectos de letras, digerir lo que ha leído y pensar en la minifalda de la vecina (que sólo ha visto una vez en lo que va del año). Ese cigarro, también, le permite al vecino del departamento de la derecha saludarle, un “Hola viejo, ¿cómo estás?”, que le permite responder a él con un “Quíhubole, ¿todo bien y tú?”, alzar la manos y mandarlo a lo que tenga que hacer. Pasan muchas cosas en ese cigarro. A veces no pasa nada y sólo se queda mirando la entrada del edificio, cómo el sol influye en las sombras de los coches y las rejas, y los vidrios y las ventanas y cortinas. Escucha los alaridos de los coches, una orgía de banshees que creen en el poder de su garganta para oxidar el tráfico. Cuando las vecinas de arriba se juntan para un aquelarre, escucha entonces los comentarios constructivos para mejorar la vida de la gente que vive en otros edificios, o incluso, en los departamentos de arriba.
No hay nada importante en ese cigarro de Fest de todas las mañanas. Es igual y disímil cada día… es una horrible contradicción, ¿pero cómo puede demostrar esas variaciones sutiles, durante 365 días? No sólo eso, también las otras unidades rutinarias de su vida, como ir a la escuela, ir a caminar con su hermano, cuando va a la tienda por una cajetilla de cigarros. ¿El arte esta en narrar las cosas? ¿O el arte se encuentra en cambiar el ángulo a la fotografía? ¿Es el conjunto de ambas cosas?
Fest se encoge de hombros, aunque no se vea en la foto.