Fest cree que esta enfermándose. Le duele un poco la cabeza y no sabe si su brazo izquierdo tiembla por el frío.

Hace rato pensaba que debería intentar escribir solamente: “Me estoy enfermando”, pero eso no tiene sentido para él, porque no esta acostumbrado a escribir una línea y darle publish. No sabe qué tiene su cerebro, pero escribir simplemente “Me estoy enfermando”, es algo demasiado simple, y creo que se ha educado tan bien a pensar de más, que no puede hacerlo. Ahora escribe con los ojos cerrados, en parte por el dolor de cabeza, en parte, porque esta un poco confundido con la vida en general. No es una confusión épica, pero las cosas tienen menor sentido cuando estas enfermo.

Cuando acaba una frase o una línea de ideas, entonces abre los ojos y mira el monitor. Piensa que es la conducta propia de un escritor enfermo. Si tuviera un poco de suerte y mucha más educación literaria, podría terminar como Borges: dictándole los poemas a su mamá. Pero Fest no tiene ese cerebro matemático, dónde Borges contaba las palabras, se las aprendía de memoria y tenía la capacidad para construir el poema mentalmente (con todos sus ritmos y palabras bien medidos). Si Borges dictaba el quinto verso y dudaba una palabra de su primer verso, la corregía diciéndolo, como haría alguien que tacha su libro de notas.

Fest ha decidido que necesita aspirinas, el dolor de cabeza se ha hecho más intenso.

Si fuese un ser humano más consciente, iría directo a la cama y trataría de dormir el dolor. Si lo fuera, es la frase clave.

Tiene las manos frías, cuando se frota los ojos así las siente. Dolor de cabeza, monitor, nada es bueno, por eso escribe con los ojos cerrados. Necio, como si fuera a descubrir algo escribiendo así. Ya lo mandaron a dormir, pero pues… él se mandará a dormir solo.

Pensaba en aquellas personas que tienen una cuenta en Second Life, hay muchos rumores en la red al respecto, hay gente que… misteriosamente, hace dinero de verdad en ese tipo de comunidades virtuales. Gente que se crea un personaje, vende y compra propiedades, o hace ropa, fabrica cositas. Gente “productiva”. Empresas enteras han creado sistemas publicitarios y económicos dentro de esa red. Entonces pensó en los Sims, otra vez, en cómo manejas al monito y vienen los vecinos, y los aumentos en el trabajo y el aprendizaje. Todos esos cosos. Fest pensaba eso en la tarde, mientras hacía no se qué, tal vez estaba vistiéndose para salir. El pensamiento más cliché le vino a la cabeza–: También a mí me estan manejando, como un monito. ¿Qué tal que somos un juego de simulación?

Tiene las manos frías. Piensa que se lee más oscuro mientras escucha Interpol.

Si fuéramos un juego de simulación, como en los SIMS, en nuestra vanidad de seres humanos e inteligentes, creeríamos que somos el juego de simulación más complejo que existe… ¿por qué? pues porque pensamos y porque el producto de nuestras decisiones, es una de las cosas más hermosas y emocionantes que existen. ¿Pero no piensa lo mismo el juego? Si el juego es una burda representación de nosotros, es bien sabido que el programa esta hecho para que el personaje crea ser lo que tiene más importancia. Finalmente, sus recompensas y aumentos, vienen de la capacidad de su jugador. Existe, por supuesto, el sistema de caos, dónde accidentes mejoran o empeoran la experiencia del jugador, y por supuesto, del personaje. Si fuéramos un jueguito de simulación, entonces hay alguien que controla en parte nuestras decisiones, no exactamente el modo de caos. Para esa persona somos algo en que perder el tiempo, esa persona piensa que somos sólo un programa, un juego que reacciona dependiendo del entorno.

Se ha ido el dolor de cabeza.