(…mujer, iba a decir. Y nombraría a Martha Higareda, además. Y haría un chiste recurrente acerca de como enseño el pecho en la mayoría de mis películas y hasta me pagan bien por eso. Ah, y también salgo en casi todas las portadas de las revistas, tengo un rostro angelicalargatón y me aman como soy bitches).

Si yo fuera… un género literario, sería autoayuda hiperrealista.

El último capítulo del siguiente libro y tal vez, el último jamás escrito en el género, será llamado: “Un grito de mi corazón al tuyo, por amor”.

Empecemos.

Un grito de mi corazón al tuyo, por amor.

Muchas gracias por leer el último capítulo de mi libro. Mi editora, gran cómplice y amiga mía, insistió en que nombráramos esto como el epílogo en vez de “El capítulo de la verdad”, sin embargo, después de mucha insistencia, carcajadas porque la vida es bella y unos vasos de refresco de manzana, decidimos arriesgarnos y dejar el capítulo así como esta. Sin tijeretazo, sin palabras guardadas y con la premisa de ser fieles a la verdad. Olvida lo que has leído en los treinta y cinco capítulos anteriores. Olvida tu vida hasta este momento. No te hagas preguntas como “¿Estoy dónde quiero estar?” y “¿Todo lo que necesito es amor y compromiso?”. No intentes poner la mente en blanco, sencillamente deja que estas palabras fluyan y procura de no reírte de esta verdad indiscutible que todos ignoramos y traemos con nosotros mismos desde el nacimiento. ¿Estás listo? ¿De verdad estás preparado? Una vez que has llegado a estas líneas no hay vuelta de hoja. No hay más quesos que buscar, no más armaduras doradas que pulir, no más jóvenes eróticos y extáticos. Simplemente somos tú, yo y el secreto. La verdad:

Todos somos unos pendejos.

De verdad, cuando mi editora y yo nos dimos cuenta (que bebíamos sidra y no refresco de manzana) nos quedamos en silencio y encogimos los hombros ante angustiosa proposición. No desperdicies estas palabras porque costó mucho que nos dieran la palabra “pendejos”, porque la de “cabronas” ya estaba tomada y necesitábamos una palabra fuerte. Estuvimos horas charlando acerca de este último capítulo y después de horas y horas de masticarlo, luego nos echamos a reír. Fuimos pendejos al escribir este libro, fuiste pendejo al leerlo, fueron pendejos los de Sanborn’s y Vip’s por venderlo, y fueron pendejos en el Eje Central por piratearlo y venderlo al veinte por ciento de su costo real. Hey amigo, no te ofendas, ríete con nosotros. Este es un gran capítulo porque verás… tómate unos segundos, da pie a la reflexión y danos perdón. El perdón es tan importante como el amor y el respeto. El perdón te liberará de todo lo que has cargado contigo desde hace años. El perdón es una fuerza vibratoria que por motivo, te guió a la tiendita más cercana y te sugirió comprar este libro.

La verdad no, amigo… eres un pendejo.

En este momento, es donde me dices pendejo de vuelta, pero mi editora y yo estamos abriendo la champaña y quitándonos los calcetines, pero hey… no te desesperes. Antes del asesinato puedes pensar unos segundos. Esta comprobado por los psicólogos del mundo que la furia ciega se da bajo situaciones de mucho estrés y nadie con tanto estrés puede leer hasta aquí. Si estás tranquilo, yo también. Estamos chupando a gusto. Pero no pienses en la botella como el remedio de todas tus penas. Primero debes aceptar la adicción. Todo en tu vida puede ser una adicción. Cuidadito. Si tomas demasiada coca cola, si fumas demasiados cigarrillos o si cambias parejas cada fin de semana. Es un patrón que esta en tus manos romperlo. En tus oraciones y viendo la foto de tus niños encontrarás la voluntad para salir adelante. La gente dice que uno no cambia y sólo se reafirma. YO DIGO QUE NACEMOS CADA DÍA Y EMPEZAMOS DE CERO. Es hora de ir a dormir, gallo o gallina, y despertar mañana como un polluelo…

Pero sigues aquí… entonces no soy tan bueno, soy un pendejo.

Sigue lo bueno, porque la editora y yo ya nos quitamos los calzones, estamos abriendo la que sigue de champaña, somos amigos y cómplices felices y riéndonos, porque aceptamos lo que somos. ¿Tú ya lo aceptaste? El amor es la fuerza que nos salvará a todos. Aleluya, aleluya. Mi esposa me engañó. Tu esposa te engañó. Tu marido te engañó. El esposo de la editora nos engañó. Las cosas pasan por una razón. Levanta el culo y deja de leer mi libro. Quémalo. Quema las cosas de tu maldito y adúltero cariño y tíralas por la ventana. Ve a la cárcel, vuélvete un humano con experiencias, deja el pasado y ríete de lo pendejo que fuiste. Obviamente de saber esto en un inicio no habrías gastado tu dinero en balde. Pero no, nos conocemos re bien, ¿verdad? Porque justo cuando cierres este libro, comprarás: “Las mujeres son de Venus, los hombres de Marte”. Yo compraré: “¿Por qué las amamos demasiado?”, y mi editora comprará: “¿Por qué las prefieren cabronas?”

Perdón. Te pido perdón, porque el perdón libera. Vamos por la de whisky, ¿no gustas?

arbolsep-pix

Bueno pues, es la madrugada. Nadie lee esto de madrugada.

Respuesta al meme que me dejó Salvador Leal.

Dejo este meme a: