• Hace mucho que no tenía una putiza. Filmación a las 7 de la mañana. Edición terminé a las 6. Dejé mis cosas en la oficina y me fui a casa a dormir. Dejar las cosas en la oficina es una señal de que el día estuvo muy cabrón.
  • La verdad, terminé a las cinco de la mañana, pero uno de los compañeros tenía una filmación a las seis de la mañana… Me quedé despierto una hora más, jugando Mario Kart en la DS, para hablarle y no se quedara dormido. Esas horas solidarias que uno sacrifica por el compañero, son señal de que estamos en una especie de guerrita publicitaria.
  • Jugué pesimamente, porque me quedaba dormido. Sin embargo, logré liberar un personaje llamado “Dry Bones”.
  • Ayer, cuando llegué a la oficina, recuerdo que en algún momento dije–. Ahorita no tengo nada, ¿no me das una edición aunque sea? –bien dicharachero yo. Ten cuidado con lo que deseas. Las siguientes horas fueron un vaivén de aceptar proyectos, stock, búsqueda de gente, revisión de presupuestos, entre otras cosas.
  • Esa frase de “Ten cuidado con lo que deseas”, me provoca una serie de conflictos internos. ¿Cómo saber que el deseo será causa de desdicha? ¿No es acaso desde el principio una causa de malestar? El deseo, es una queja sutil y constante de aquello que no tenemos. Cuando lo conseguimos, el deseo desvanece. Sólo quedamos nosotros y una realidad sin pintar por el añoro del objeto deseado.
  • Recuerdo soñar con un cuarto de luz roja, donde cumplí todas mis perversiones.
  • Mientras estaba en el baño, se me ocurrió una escena muy específica. Una modelo que jala su novio a la fuerza a cagar con ella, mientras ella le explica–. Quiero que te des cuenta que no todo es belleza –Me pareció un escena fuerte, medio vulgar, pero intensa. Podría funcionar bien escrita. Luego me acordé de aquel verso populacho que dice algo así como–. Hasta la modelo más guapa, saca sus bolitas de caca –y me sonreí.
  • Jueves y viernes, supongo, llegamos a las mil personas en dos días de casting. Es mucho. No. Es una grosería. El proyecto se paga al corte, el director de casting me repetía lo que los modelos decían–. Muy buenos para pagar la tarjeta.
  • Cenamos en los Bisquets de Obregón en Avenida Coyoacán. Llegamos a las doce de la noche. Como ya estaban alzando las cosas, el servicio fue terrible. No dejamos propina.
  • ¿Cuál crisis? –preguntamos de vez en cuándo aquí. Tan sólo en una semana, ya llevamos más de cinco proyectos, lo cual es demasiado. Sin embargo, recordé el post de Salvador Leal. De cinco proyectos, tres son de gobierno. Gastar también incluye publicidad. La publicidad, también da mucho trabajo, por más triste y manipuladora que la publicidad sea, es un mal necesario.
  • A mi me da trabajo.
  • Hoy es noche de jodido desvelo, mientras cortamos y recortamos gente. Mi jefe está aceptando todos los proyectos con la venia de “chamba es chamba”, y la verdad, es que en estos tiempos de crisis, todos estamos obligados a trabajar y sacar adelante la economía lo más que podamos. A trabajar se ha dicho.