• Es una frase que no entiendo bien para que se utiliza. Uno se muere, y le traen coronas. Ya muerto, te ganaste una corona de flores. Ya habiendo olvidado el asunto, tan sólo restan las coronas. ¿Algo así? Uno nunca sabe. Sancho Panza, aún cuando tenía los proverbios indicados para manejar su gobierno, admitía de vez en cuando que se hacía bolas y que tal vez exageraba un poquito.
  • Hoy, fui a una junta haciendo el favor a un par de cuates que están atiborrados de chamba. Yo sigo rezagando cosas de proyectos anteriores, lo cual odio en el alma. La junta que fui, como suele pasar, me la pasé afuera escuchando lo que decían. Si alguien nombraba casting, entonces tendría que atravesar la puerta, poner mi cara de mil reyes y ayudar en la vendimia de modelos. Pero esta vez fue diferente, me quedé esperando y esperando, hasta que cortaron el conference call con los gringos… y resulta que gracias por venir, por esperar afuera y cuidarnos la recepción, bye.
  • Mientras esperaba, acabé la pila de mi pocket pc leyendo.
  • Ricardo está hablando por teléfono para cancelar su Nextel. Resulta que la primera cancelación que hizo, no la registraron correctamente en el sistema, así que le siguieron cobrando harta lana. Finalmente está intentando hacer una segunda cancelación, pagando otra vez el mismo dinero, y además le están cobrando los meses en qué la primera cancelación no procedió. Yo por eso no tengo Nextel.
  • Atarse a una compañía por pagos forzosos mensuales, y cuyo servicio al clientes es como para llorar, no es lo más inteligente que uno puede hacer. Lamentablemente, a veces es necesario vender el alma, la comodidad, la tranquilidad, la estabilidad económica, entre otras cosas, por ese tipo de servicios.
  • También aproveché el día para hacer algunas pruebas con el ipod touch de mi mujer. Alguna vez, por un descuido poco característico de ella, su ipod touch se mojó y dejó de funcionar. Después de dejarlo un rato secándose, tal vez varios días, intentamos prenderlo y jamás lo hizo. Lo guardamos en su caja, en espera de que algún día se nos ocurriera hacer algo para componerlo, hasta que un buen día se me ocurrió–. ¿Y por qué no lo dejo conectado con mi adaptador a pared? –Lo dejé varios minutos, y misteriosamente prendió.
  • Estará contenta cuando se lo lleve este fin de semana.