• Esta noche prometo grabar el podcast. Lo siento, el fin de semana lo usé para cosas más productivas: dormir, ver películas, festejar a mi hermano por su cumpleaños número 18 (bienvenido al mundo burocrático, carnal), escribir en recolectivo y flojear en general.

  • La semana anterior no hice podcast, así que me siento culpable. Esta vez si lo haré, lo prometo.

  • Hace poco, escogía mis cancioncitas “on the go” en el ipod, mientras estaba en un taxi. Tenía la canción de “Life On Mars” pegada en la lengua y me descubrí cantándola un par de veces. Entonces, empecé a escoger canciones así… en ese tono, nostálgico-festivo. Ese rock que duele un poco. Mientras escogía las canciones, miré en uno de los árboles de Ohio y Xola, un brasier morado y una tanga negra.

  • Me pregunté… ¿qué circunstancias llevaron a la ropa interior de alguna nena atrevida, hasta la copa de un árbol? Literalmente, esta vez se treparon al guayabo…

  • La lista de reproducción se llama así: “El brasier morado y la tanga negra en la copa de un árbol”. Le agregué pocas canciones, y es una lista que me ha mantenido contento estos días. En mi last.fm ya la escuché un par de veces. Agregaré otras diez canciones para tener 25 en total.

  • Mi dentista tendrá bastante trabajo conmigo. Me hizo un trabajo sin anestesia el día de hoy, y al preguntarme si dolió, negué afirmativamente (lo sé, que horrorosa construcción… pero de vez en cuándo, se me antojan las horrorosas construcciones). Negué y ya. Complacido, me dijo–. Eres de los pocos afortunados, tienes un umbral del dolor alto.

  • Lo sé, pensé, por eso… jamás te perdonaré las dos lágrimas que sacaste junto con mi muela.

  • DUN DUN DUN.