Mañana filmación. Por fin. Es hasta casa de su chingada madre y como buen chilango inútil, no manejo. Lo bueno: Llevo cuatro mujercitas que se disfrazarán como bailarinas de can can en el viejo oeste. ¿Fotos? Tal vez, si no olvido mi cámara. Arranca con esto una de las campañas más grandes, y míticas, de la publicidad mexicana. Bravo.

Hoy dormiré tempranito, como buen niño, para estar una hora antes en la tienda donde vamos a filmar. So be it. Que empiece.

(día 14)