Estaba rezando el Padre Nuestro, con una compañía muy querida, cuando abrí mi blog y decidí escribir. Vamos, siempre quise hacer un inicio arquetípico de las animaciones del Santos, y recordé cuando existía Locomotion.

Que acontecimiento importantísimo es escribir un blog, caray (No, la verdad es que no). Este lunes, viajé ida y vuelta al D.F. para recoger mi Mac. Por fin, después de varias semanas de cocerme por dentro y soltar maldiciones vudú al centro de soporte Apple en Puebla, ya tengo máquina. Espero que dure varios años, y varias noches, de desvelo y trabajo por igual. Sólo para festejar, le puse Windows 7 y ahora usaré ambos sistemas operativos para una u otra cosa. Los días que estuve usando Windows (XP), en la computadora que tenemos para las descargas, lo extrañé un poco y redescubrí los usos y la practicidad que le daba al sistema operativo. De verdad, Windows tiene sus cosas prácticas y bonitas… están escondidas, tal vez, o simplemente con el abandono y volver a usarlo, uno las descubre. Estaré probando ambos sistemas operativos estos días. Usando uno u otro de vez en cuando, a ver qué cosas ofrece y como cambia mi productividad. Lo que si puedo decir con las pocas horas que llevo en 7, es que está… muy rápido, muy bonito, y no me ha dado un sólo problema. Casi o igual de rápido que Leopard, me atrevería a decir.

Don Arturo vino unos días a Puebla y estuvimos platicando como los amigos platicarían, si se vieran regularmente. Vino a un congreso que todavía no entiendo bien, y dará una ponencia sobre un asunto el cual no entiendo del todo. Iré el día de mañana a tomarle fotos, nomás porque abrí la boca y ni modo. Sí… cosas que platican los amigos. El con su DS está jugando un juego de Naruto, por ejemplo, y yo para corresponder la amistad, le dije que estaba jugando el nuevo de Yu-Gi-Oh! Eso no se comparte con otros, me cae. O bueno, tal vez sí, si llevas la DS y estás clavado con el juego, todo mundo se da cuenta y ni pedo. Aunque el iPenis sube, el CI social baja. Cof cof.

Estos dos días, han sido de caminata intensa. No sé cuantos pasos, no sé cuanto tiempo, pero más del acostumbrado. El lunes caminé por el DF con mi hermano, buena parte de esta caminata fue bajo la lluvia. El día estuvo bastante movidito, entre comprar cosas para la casa y buscarle unas chanclas, y claro, la máquina. Tan pronto me acercó la laptop la chava, casi se la arrebato. Este martes, Don Arturo tuvo no sé que ganas de caminar y estuvimos recorriendo la hermosa zona de Angelópolis y anexas, donde acordamos que Puebla todavía es un lote baldío, un lugar viejo y definitivamente, incompleto (aunque… estoy tentando a usar la palabra inconcluso). En mi rutina de animal de costumbres, al menos conservé la caminata estos días. El día de hoy, ya me espabilé para escribir en mi blog, ya el día de mañana, esperemos continuar la novela y que la vida estabilice su curso normal de estudio, de lectura, de escritura y un poco, sólo un poco, de diversión.