¿Qué hora es? Las doce y media, amor. Ella duerme, el perro duerme, yo escribo y pienso. En unos días, mis libros se venderán como una aplicación para el iPhone. ¿Es esta la nueva forma de publicar? Quién sabe. Yo sólo pruebo, y compruebo. Por una parte, me piden publicar tradicionalmente. Por otra parte, escribo para los concursos de este año. Otra parte más, y los libros se venden a través de Lulu. Y ahora, seré una aplicación de iPhone. ¿A dónde nos lleva esto, suavecito y continuo, dónde cada quién trata de hacer lo que quiere y pocos prestan atención a una sola voz, cuando tenemos cientos atrayendo nuestras miradas? La caminata es constante y pienso. Qué difícil es callarse ahora. ¿Qué estás haciendo?, pregunta twitter. ¿Qué estás haciendo?, pregunta Facebook. ¿Qué estás haciendo?, preguntan mil aplicaciones más. Y todos responden. Todos leen las respuestas. Es imposible callar la conversación ahora. Mi perro simplemente mira en silencio. El cacto sonríe ligeramente. Prendo un cigarrillo. ¿Qué están haciendo monines? Ambos me dan la espalda, uno para dormir mejor, el otro para no responder pendejadas. ¿Este es, ahora, el verdadero significado de la amistad? Cállate, y ya no digas una palabra más.