Ahora que se aproximan nuevos proyectos y puedo intuir que serán días muy ocupados, decidí crear un horario para tenerlo en el calendario de la mac. Lo seguiré rigurosamente como lo he hecho en ocasiones anteriores. Resulta que tengo horas para escribir, para trabajar, para pasear a los perros, para comer y para salir a fotografiar los cielos. Generalmente, cuando me enfoco en el horario, logro completar trabajos que tengo pendientes como cuentos y hasta -sigh- novelas. El trabajo, ese que me deja pa mis chicles, ese siempre sale. Últimamente sufro con una novela que esperaba fuera sencilla, pero ya lleva varios meses con personajes, escenarios y situaciones que me cuesta trabajo interpretar de todo lo que veo en mi cabeza y he querido tomar mi tiempo para organizarlo (como debe ser). Es curioso pero ahora que tengo tiempo para escribir, me es tan difícil que cuando trabajaba en publicidad y no lo tenía… Ni modo: Un ejemplo más de que pase lo pase, sea como sea, nunca se estará satisfecho y la única manera de escribir es fajarse los pantalones, y hacerlo.