Algún espíritu me sacó de la cama. Pude apagar la lámpara y dormir, sencillamente dormir, pero algún espíritu travieso me invitó a que me diera una última vuelta por la computadora. No hay nada qué hacer en ella. Los amigos ya no platican como antaño, las personas se pierden cada vez más en una vorágine de redes sociales, la gente en twitter tiene muchas ganas de tener seguidores y los que alguna vez me importaron, la verdad, duermen plácidamente. Es un interés por recuperar el pasado… nacido de la falta de nicotina y el jalón de pies que me dio algún fantasma rastrero. Como a quien le da un aire.