Más allá de la risa o curiosidad que puede generar el video, aquí tenemos oportunidad para dos cosas:

  1. El oído, escuchen como habla el hombre. Ponerlo en escrito, sin abusar de los facilismos o los modismos, es un buen reto. Todo está en las palabras y los sonidos, cómo cabalga entre una y otra. Cierren los ojos, no se rían y escúchenlo. Encuentren lo sabrosón en el modo de hablar de este señor.

  2. Cómo se interpreta así mismo el hombre en un espacio virtual. Si tenemos en cuenta que es un señor que ha visto los espejos, ¿por qué no puede reconocerse en la cámara frontal de una tableta? En ese por qué yace una historia. Puede ser que el hombre niegue totalmente su existencia dentro de un dispositivo. Quizás vio algo en su reflejo digital que lo delata y sabe definitivamente que no es él. Último ejemplo: el hombre no se habla así mismo, sino que su avatar está viendo a alguien más, a uno de nosotros, por ejemplo. Yo solo di tres ejemplos de un manglar de posibilidades.

Si alguien gusta hacer el ejercicio (ya sea de oído, del hombre que no se reconoce o de ambos), sugiero un cuento de 1 a 3 cuartillas. Si se animan, cuéntenme. Me interesaría mucho saber los resultados.