Tengo días siguiendo la nota. Hay imágenes de dos luces en el planeta enano de Ceres. La nave que las captó es una que aterrizará en el pequeño planeta el seis de marzo. Los científicos especulan: se trata de volcanes de hielo y la expulsión es tan poderosa, que la luz se ve reflejada en el punto más alto. Ni qué discutirles, ellos son más listos que uno.

Por lo pronto, estos días he buscado más noticias de las luces, obviando las notas baratas (baratísimas) de vida extraterrestre, para ver si alguien da la explicación definitiva. Por supuesto, también lo tengo previsto (mi propia nota amarilla interna), aquellos puntos blancos en verdad son tecnología extraterrestre. Sería divertido, por ejemplo, que una civilización similar a la nuestra haya enviado una sonda hace muchos años a Ceres y lo que vemos son los faros de su propia nave exploratoria, la cual ya lleva un par de cientos de años ahí.

¿Qué tal si los humanos del futuro, para comunicarse con nosotros, decidieron este evento y dejaron en Ceres un paquete de información para nosotros, los condenados del presente? Claro, eso suena conspiranóico, pero muy entretenido. Ojalá los hombres del futuro hayan dejado instrucciones específicas sobre qué hacer con la monarquía de México. O quizás no son los humanos del futuro, sino los humanos de algún universo paralelo y resulta que hay un agujero de gusano que nos puede llevar a la Tierra Negativa, hogar de zombies verdes y mineros pixelados.

Dos puntos blancos para incitar a la imaginación: los ojos de un robot o los ojos de un planeta vivo. Quizás los marcianos, en realidad, son cerenos o cerianos, y lo que vimos fue un menudo fiestón porque alguien, por primera vez en muchos años, ha decidido visitarlos en su prisión desolada. Ahora esos pequeños criminales, grises y de silicio, deben ser pacientes para enseñarnos la arquitectura de su mundo y construir unas escaleras a su minúsculo planeta. Tienen hambre pero, si ya pasaron tantos años sin comer gente, qué importa unos cientos más.

Notas de las luces en Ceres: