Que el tiempo pase. Vivimos un eterno presente, así que no importará. Tan sólo deja que se consuma, que se transforme en ceniza. Polvo somos y en polvo nos convertiremos, igual que el cigarro que muere en el cenicero. Pasado y futuro no existen, solo la idea del presente continuo. ¿Recuerdas cuándo éramos inmortales? De niños, lo éramos. Cuando corríamos tan rápido, que parecía que los objetos venían a nosotros.
No me quiero ir, a ningún lugar.
Las pasiones tampoco dan cabida al tiempo. Cuando uno se deja envolver, pasado y futuro pierden sentido. Continuo presente, te digo. No te importa más que el momento, es lo único que se vive. Recuerdas el momento que eras niño como si fuera ayer… la luz es más brillante, el pasto es más verde, los sonidos más estridentes, el frío más frío. Como una canción de Pink Floyd y un poema de Wordsworth juntos.
Si, recuerdo cuando era inmortal. Y hoy solo puedo dejar que el cigarro se consuma en el cenicero.