Despojarse de la ropa.
Abrir el botecito de cajeta.
A menos que te guste hacer porquerías en las sábanas, o los sillones, o donde haya tela –en general–, elige un espacio abierto y que pueda limpiarse fácilmente.
Ponte el botecito de cajeta en el vientre para fácil acceso.
Hunde los dedos en la cajeta y vulgaris dichotum est: atásquense puercos, que hay lodo
- Inicio
- ¿Quién escribe?
- Libros
- Traducción
- Las nueve vidas de una gata por Charles H. Bennett
- El perico infiel por Charles H. Bennet
- La rana quería ir de fiesta por Charles H. Bennet
- Dos fábulas y una canción de cuna por Charles H. Bennett
- El príncipe rana y otros cuentos por Walter Crane
- Cenicienta y otros cuentos por Walter Crane
- La bella y la bestia y otros cuentos de Walter Crane
Select Page