Veamos. Es el inicio de la Semana Santa… así que no hay mucha gente escribiendo o si la hay, estan escribiendo a dónde se van para conciliar su creencia religiosa con su vida. Un retiro espiritual (simón, Bob). De igual manera, yo aviso que me voy… me voy a mi cuarto, a leer, digo… no tengo mucho que hacer en estas vacaciones y no tiene caso escribir. Bueno, si lo tiene… pero la verdad, prefiero dedicarme a otra cosa esta semana que se avecina. Tal vez haga un viaje karmático, o algo así. ¿A dónde te quieres ir de vacaciones, Bob? No tenemos mucho dinero, pero si tenemos algo de imaginación, y mucho amor, y mucho cariño, y mamadas como esa… bastará, tal vez.
Iremos por otro café… que creo llevo dos días sin coexistir con ese afrodisiaco cafeínico harto potente. Tremble.
Déjalo ir. Nada más déjalo ir. Frases aleatorias, probablemente me ayuden a construir un escrito más sólido. Eso supongo yo, eso suponen varios, eso ayuda a varios, pero varios no son todos, y yo no soy un todo, soy una fragmentación, fragmentación suena como fractal.
Han pasado como cuatro canciones, y no siento nada decente… así que si, supongo que es hora de cerrar el changarro hasta que terminen las vacaciones. Es raro, pero cada vez que pienso en el tema de dejar de escribir en el árbol, me parece más lógico, incluso hasta liberador. No digo que ya esté cerrándolo –no podría–, sólo digo que es una idea recurrente. Cerrarlo en este momento, empezar con otro nombre, que no estoy diciendo que es lo que vaya a hacer, es el sentimiento momentáneo. Cada que me subo al metro y me dedico a pensar, como los otros treinta borregos que van conmigo en el vagón, pienso en este espacio Bob, y pienso que ya no es necesario, que no hago nada de provecho escribiendo aquí, que ha alcanzado su máximo potencial. Somos el final, tú y yo, Bob.
Gabriel García Márquez –el cursi hipnotizador de gente–, dice que escribir una palabra entre comillada, sólo lo hace un escritor flojo, lo hace un escritor que no conoce la palabra que necesita. Desde entonces estoy evitando las comillas (inverted) y pongo las frases en cursivas. Recurso ingenioso (autoengaña muy bien), ¿eh? Ven acá y dime algo viejo cursi, ¡si te atreves!
Por el momento, sólo me despido y que tengan unas lindas vacaciones de semana santa… yo me recluiré en un monasterio, iré con Bob a jugar ajedrez, contra Dios y contra Satán. Iré a visitar a Simón a su tumba… –No estoy muerto–, es cierto, los muertos no hablan, pero eres un buen fantasma. No sé Bob… ¿de veras, qué quieres hacer en estas vacaciones? ¿A dónde iremos a jugar, a qué te de el sol? Pinche calorcito que hizo hoy… bueno para tus espinas, pero molesto para la raza humana en general.
Hasta pronto, nos vemos en una semana.