Don’t get lost in heaven
They got locks on the gate
Don’t go over the edge
you’ll make a big mistake.–Gorillaz, Don’t get lost in heaven.
Ahora que estoy viendo el casting de niños, para un comercial de electrodomésticos, recordé algo que me había llamado la atención en mi trabajo y hacía rato que no lo escuchaba (o más bien, que no lo pensaba [Aún no sé si exista]). Algo que me da más miedo que hacer casting para un infomercial, es el de editar un casting donde niños de 3-5 años son los personajes principales. Los niños son un tema complicado, por las leyes, porque solo pueden trabajar determinadas horas y porque son niños, porque no piensan en pagar las rentas, porque las luces los pueden ponerles histéricos, la cantidad de gente y el ruído en un casting, las grandes estructuras de una filmación. Algunos niños, como los burritos, cuando crecen se hacen feos. Así que los padres, para no apostar en la belleza de sus genes cuando la infancia termine (no todos ellos, sólo los que procrean con fin de poner a sus chamacos en la pantalla), sobreexplotan a sus chamaquines para que hagan comerciales, los obligan a crecer para que puedan decir mentiras convincentes –o actuar, ¿cuál es la diferencia?– frente a la cámara. Los niños son un tema delicado, en casting, siempre… sea porque el niño no esta acostumbrado estar frente a la cámara y berrea hasta que lo saquen de ahí, o bien, porque nos damos una idea de la explotación de los padres y no nos concierne el tema, o tal vez, porque siempre buscamos al niño perfecto, al escuincle que nació para estar frente a la cámara y sea desenvuelto, que se vea en sus ojos, en sus ademanes, en su voz que es un encanto de actor natural.
Y si no encontramos al niño perfecto, si nos vale un comino la dudosa moral de los padres o su exceso de protección y si el niño, es bonito y berrea a medias, entonces entra en el juego algo llamado “Baby Ranger”. Un “Baby Ranger”, usualmente mujeres, son personas que entran al rescate cuando hacemos casting de niños y la productora se quiere asegurar de elegir un niño con el se pueda trabajar rápido y que cubra los requisitos histriónicos (simón) que se necesitan. Ellas pueden estar presentes durante el casting, y seguramente estarán presentes en el callback y la filmación. Se encargan de tranquilizar a los niños, de suavizarlos, de saber que tan versátiles y responsivos son con una voz ajena a la del madre o del padre.
Trabajamos con un par en el pasado (hace dos o tres años), últimamente no sé si existan… se me hizo un dato curioso y quise compartírselos.