Así pasa que uno se fija, cada vez menos, en los comentarios, en las ligas, en todo lo demás. Ese hervor social que significa internet, gente que no somos nadie (leído en un comentario, en el blog de maese WOM), podemos ser alguien, al menos en una comunidad virtual. En una comunidad como los blogs. A lo largo de tres años he tenido mis aciertos, y mis desatinos, sé más del netiquette que de literatura o de publicidad. Yo pensaba en el poder de convocatoria, en las ganas de ser famosito con uno de estos, hace tres años, cuando abrí este coso. Pero lo único que descubres, a lo largo de los años, es que inevitablemente sigues siendo lo mismo, independientemente del alguien o del nadie. Ya que se te acaba la vanidad, o la novedad, cuando al año (o dos) se te acaba la influencia del diablo, y cuando la gente deja de exclamar cuanto eres o cuanto no eres (porque en tres años, menos atención le prestas), sólo quedas tú mismo y ya no sabes de que estas escribiendo.
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