Una clásica costumbre en el mundo masculino, es la medición fálica. Desde tiempos inmemoriales. Supongo que los cavernícolas hacían sus reglas de madera, o de piedra, quien sabe… reglas especiales para medir su falo contra otros. Todo empezó con lo que los antropólogos creen, inocentemente, que eran “herramientas de piedra”. ¡Vil mentira! Las hachas, y los martillos, y lo que fuera, y como se llamen, en realidad eran falos de piedra y le pertenecían a cada individuo para denotar, de manera precisa, el tamaño de su miembro, o pene, como se dice hoy en día. Leer más…