Estoy meditando. Baaarummmm, Baaarummmm. No, no estoy meditando, más bien miro al techo y luego miro al monitor. Y luego miro al techo y he descubierto, un poco angustiado, que hay una grieta en él. Es una grieta un poco larga. Aquí es cuando me pregunto: ¿cogerán tanto los vecinos (cochinos, en su piso) como para agrietar mi techo? Es la segunda vez que me encuentro esta grieta. La primera, inmediatamente pensé que era curioso haber vivido tanto tiempo, en su tiempo, en este departamento y no haberla notado antes. Ahora que la miro una segunda, estoy tratando de evaluar si ha crecido algo desde la primera vez que la vi y me estoy preguntando si será grave. Estoy sospechando de los vecinos de arriba (coge y coge y coge y coge), que hicieron modificaciones a su departamento y puede ser que eso haya obligado a que se debilitara la estructura. De ser así, entonces, es muy preocupante porque igual y tendría que venir un arquitecto a revisar, o un ingeniero, o qué se yo. Y es probable que nos saquen del departamento, o peor aún, que clausuren el edificio. ¿Y si me clausuran todo dónde voy a vivir? También me preocupa bastante saber que la grieta esta directamente arriba de la computadora. Algún día podría despertar y encontrar cascajo en mi “instrumento de trabajo y diversión”. O peor aún, que me fuera a Puebla un fin de semana y cuando regresara… otra vez la horrible imagen del cascajo. Mierda, esa grieta se ha convertido en una obsesión.

arbolsep-pix

Albures 101

Techo blanco

Es uno de los más finos que existen. ¿Y no sabes qué es? Umm… es muy sencillo, en “La Secretaria”, película donde salen James Spader y Maggie Gylenhall, hay una escena donde el jefe le sube la falda a su secretaria y la apoya contra el escritorio. El tipo, entonces, se dedica a masturbarse utilizando la fricción de las nalgas y su mano (por supuesto), la secre solamente escucha curiosa el golpeteo del puño, de la piel. El tipo se vuelve loco, ¿y quién no? Pensándolo un poco, una mujer de falda, su secretaria, ofreciéndole el culo en el escritorio para que él pueda descargarse, relajarse… el mero pensamiento es tentador. Finalmente se viene y esparce el semen con las manos, permite que se extienda, que cubra todos los pedazos libres y cuando ha terminado con el tratamiento, sencillamente le sube las bragas, le baja la falda y le deja ir.

La parte donde el tipo se viene es, básicamente, el “te-echo blanco”.