Empezó a llover como a las tres de la tarde. Salí a caminar un poco y de paso a entregar un encargo del señor Humphrey Bloggart, también me fumé como ochenta cigarrillos representando el papel del buen neurótico. Una exnovia me dijo que debería considerar dejar de fumar ahora que me he comprometido, un compa se sorprendió cuando le di una cátedra acerca de los beneficios de dejar de fumar a corto y largo plazo y me preguntó: ¿sabiendo todo eso, por qué no deja de fumar usted? Le respondí que lo mío era un pequeño efecto colateral a mi personalidad obsesivo neurótica y que para dejar de fumar, tendría que atravesar muchas barreras, no solamente la de los químicos y las psicológicas que vienen inscritas en las fórmulas mágicas del cigarrillo. Probablemente deje de fumar, digo, últimamente me siento capaz de hacer muchas cosas.
Sigue lloviendo pero ya menos.
Me siento capaz de hacer muchas cosas, pero extrañamente, sé que necesito abusar del tiempo para lograrlas todas.