El día esta un poco gris, debería prender la luz porque veo muy poco. Ha sido un sábado tranquilo, demasiado tranquilo. La mayoría de mis sábados (excepto los que voy a Puebla), son así. Ni siquiera pienso en la hora de quitarse la piyama o de meterse a la regadera. Son buenos días. Aunque pueden ser un poco aburridos, estoy agradecido con ellos. Ayer soñé con mi abuela y no recuerdo que fue, últimamente sueño con mi vieja como si estuviera viva… pero no me provoca nostalgia, ni dolor, ni tristeza. Tampoco gozo, no me mal interpreten. Sólo me provoca extrañeza soñar con ella y pensar que de esa manera, sigue ocupando un lugar importante en mi aburrido cotidiano. Es como si en el sueño viviese un mundo dónde ella continua con vida y cuando despierto, ese otro mundo se cierra, y regreso a este dónde ella no esta. Como atravesar una puerta, eso pienso en el momento al despertar, que estoy atravesando la puerta.
Después de escribirlo así, me ha dolido de verdad. Esas cosas no debieran pensarse demasiado.
Hoy me tomé un café en la mañana y me comí un pan de dulce, con piña. Hoy no tengo ganas de escribir en tercera persona, no me siento tan lejos de mí mismo como para corregirme los párrafos. Pensaba escribir enamorado, o algo así, de esas veces cuándo uno abre su corazón y se desgarran las pasiones, que se escapan como caballos salvajes para atropellar a los transeúntes. Pero no se me ocurre como escribirlo. También pensaba escribir que estoy en cierta etapa calenturienta, porque he bajado tanto porno que hasta me siento avergonzado y yo… para sentirme abochornado de bajar porno… No tengo otra cosa que escribir este sábado, la verdad es que esto lo hice como una mera excusa para compartirles la canción que escuché y me inspiró para tratar de escribir un par de párrafos.
Espero que sigan teniendo un sábado agradable.