Hace poco, en una reunión con Salvador Leal (y otros ilustres de mi blogósfera particular), tocamos de refilón el tema de porque había regresado a casting. Salvador completó con un–: Es que tu trabajo es una adicción, ¿verdad? –curiosamente, esa semana o a lo más, la semana pasada, Ricardo me había comentado algo similar. Mi regreso a este ambiente se puede mal-interpretar como eso: la adicción, la adrenalina, el estrés, el deseo de estar constantemente a punto de gritarle a alguien. Durante mi añito de “vacaciones”, en algún momento supe que me gustaría regresar. Si dudaba regresar, era porque no sabía si me aceptarían de nuevo.
La cuestión básica es que… tengo la ligera impresión que cualquier otro trabajo distinto a este sería muy aburrido.
No soy adicto a él, no nací para hacerlo, me falta talento en algunas áreas, pero me divierte tanto intentarlo, y reintentarlo, y transformarme, y sentir la interacción social, y como fluyen las cosas. Sentir eso, a nivel personal, es tal vez mi adicción. Sin embargo, algo que me contenta sobremanera, y se lo dije a mi mujer mientras estábamos cenando alguno de esos fines de semana, es que me contenta mucho tener un lugar a donde regresar. Regresar a casa, a dormir, a cenar, a ver a mi hermano aunque sea unos minutos. O irme a Puebla el domingo, en la mañana, y sentir el abrazo de mi mujer, y traspasar la frontera. Jugar con el mundo de las apariencias.
Hay una frase de Serial Experiments Lain, que dice: “Close this world, open the next”. Es fabulosa. Aún cuando mantengo una congruencia (un set de reglas muy básicas), esta funciona a varios niveles. Es un baile, un lugar donde participas con otros diálogos a los acostumbrados y te mueves en los mundos. Tu cuerpo es uno, pero los pasos son distintos para cada ritmo. A veces, te inventas el baile y te aplauden, te sientes satisfecho, ganas. Otras veces, aún cuando sigues los pasos y el ritmo al pié de la letra, algún director orquestal, impío y travieso, cambia el tono.
Lo dicho. Cuando deje este trabajo, lo extrañaré y hasta el momento dudo que me toque uno tan divertido como este.