Las fotos de Vale son como cuarenta y se encuentra en distintas posiciones y vestuarios. En minifalda, con un pañuelo cubriendo sus enormes tetas, con una tanga y pantalones ajustados. Repasé las fotos. No me gustó su cabello pintado. Su cara de borracha. Sus tetas enormes y caídas. Siempre he sido un hombre inferior. (Digamos así). Caderas, piernas y trasero.

Las fotos que más me gustaron, Dios perdone mi atrevimiento, fueron las de la felación. Hombre al fin y al cabo. Pedí que me lo mandaran porque me dio curiosidad y morbo. Repito: Hombre al fin y al cabo. Luego de la decepción, borré el e-mail.

La noche esta tranquila, y respiran cansados, los astros, a lo lejos.

Hay que seguir buscando niñas. Alabama Moon. Tell me, the way, to the next little girl. Aww, don’t ask why. Encontré a las niñas perfectas para el comercial. El problema: Todas son más altas que el niño. Mi director pidió que siguiera buscando.

Hoy el equipo de producción se fue. No estarán toda la semana. Suspiro. Esperemos, entre todas las niñas perfectas que encontré, se encuentre la más perfecta de todas. De no ser así, estaremos como gallinas descabezadas, enviando y recibiendo feedback desde un estado a otro.

Hoy, es domingo. Tan pronto terminó la cita de las niñas, para que el director las viera en persona, llegué a casa y me dormí. Desperté, comí, y dormí de nuevo. Desperté, prendí la computadora, leí blogs, dormí. Desperté, platiqué con mi mujer, jugué con la wii, miré las fotos de vale y empecé a escribir esto.

Ni producción, ni dirección, se han comunicado. A pesar de que lo prometieron. Que buena onda. He descansado, y no he descansado. En algún momento, salí un rato a que me calentara el sol. Prendí un cigarrillo, aunque no debí, y permití que la brisa me golpeara. Ahhh, las fotos de Vale. Después de todo, no son tan desagradables.

Debe ser la noche, el extrañamiento, la lujuria dormida. Debe ser que estoy solo en casa y me encuentro particularmente estático. La música. Las mujeres de mi vida. Recuerdos de mis últimos momentos de intimidad. Vulnerable, parpadeando varias veces, pienso en aquellas noches donde la vida y el lenguaje, eran simplemente mejor.

Las fotos de Vale y sus chichis caídas. Las fotos de Vale y su lengua rasposa. Igual, pasó como anoche, donde un taxista me hizo enojar. Me bajé y le azoté la puerta. No estaba de ánimos para discutir, y mucho menos negociar.

Llevo negociando toda la semana. Negociando con Valeria para que se ponga en cuatro por ejemplo. Negociando con mi persona aburrida y flemática, para que no siga fumando bajo el sol. Negociando con dirección para que vean a las niñas, y negociando con las niñas para que vean a producción. Negociando detalles de boda con Sol María. Negociando el siguiente casting también.

Negociando con los recuerdos perversos, donde el esperma se resbalaba entre sus nalgas y gemía satisfecha