No tengo tantas cosas que contar. La verdad: me doy cuenta de que persigo mi propia cola como un perro. Incluso este es un argumento cíclico. Supongo que el escritor madura eso. Madura sus pensamientos acerca de los temas que le preocupan. Sus neuronas persisten tanto en ellos que afecta al cuerpo. El cuerpo vive los temas que le preocupan. Llama a las personas que lo estimulan. Todos tenemos algo de eso. Aunque da la impresión que las personas que huyen de sus esqueletos en el armario es incontable, la verdad es que nadie huye. Tengo siempre esto en la cabeza: sigue escribiendo. Sigue escribiendo. Ya no es por nada en particular, simplemente sigue escribiendo.