Ayer tuve filmación en un lugar llamado “Condado de Sayavedra”. Lejos… muy lejos. Figúrense que pasé varios lugares que alzaron mis cejas varias veces. Por ejemplo: Las torres de Satélite, el Parque Naucalli, Lomas Verdes, Naucalpan, Chiluca, Carretera a Querétaro, Condado de Sayavedra, el culo del mundo.
El actor que me acompañaba y yo, hablábamos del poco tráfico y de que rápido habíamos llegado a ese lugar, lleno de verdes, poco tráfico y definitivamente, lejano a la civilización. En un mundo ideal, mi mundo, trabajaría tres días a la semana y vacacionaría cinco en una casita así de apartada. ¿Pero quién no tiene un mundo así celosamente guardado en sus pensamientos? ¿No es parte de lo que vendo, aspiraciones? ¿Por qué caigo en ese lugar común, entonces?
Llegamos a una lujosa, y de verdad LUJOSA, zona residencial donde nuestros coches esperaron un par de horas antes que nos dejaran entrar. Hay una cosa muy curiosa en mi chamba que se llama “LOCACIONES”. Todavía no entiendo como funciona del todo. Sé que se trata de una o dos personas que buscan a lo largo de todo el país prospectos de renta para una filmación. Buscan casas de tal y tal presupuesto. También las buscan con el espacio suficiente para meter equis cantidad de personas y equipo. También, supongo, las buscan con facilidades de estacionamiento entre otras cosas.
Sobre todo, las buscan por el precio.
Resulta que una casita por ahí, digamos que costó 15 mil varos rentarla como locación para el comercial. Ese precio, aún cuando es inventado, tiene la peculiaridad que es muy barato. Llegamos las camionetas, las vanetas, los camiones, las fuentes, llego toda producción en caravana para que al llegar a la puerta, una persona de vigilancia nos diga las siguientes palabras-: Ustedes no tienen permiso para pasar. Todos pusimos carita de :O como la del MSN.
El productor, entonces, le habló al tipo de la locación y fue cuando se acercaron los de la súper “asociación de colonos” para ofrecer una mano ayuda o más bien, iluminarnos en el meollo del asunto. Es en días como estos que agradezco no ser productor. Uno de ellos, dijo campante-: Como la casa que rentaron es de un colono no activo, se le cobra un mantenimiento de equis cantidad y lleva varios pagos atrasados. Tiene usted que pagar veinticinco mil pesos si quiere entrar.
El productor, entonces, puso cara de :$ :O :# como en el MSN.
Dos horas, varias tarjetas de crédito e infinidad de llamadas telefónicas después, nos dejaron entrar a un lugar que… para muchos, podría ser considerado un paraíso. Enormes casas de gran magnitud en todas las calles. Las calles, tenían nombres como “Condado de Sheffield”, “Circuito de Buckingham” y “Castillo de Canterburry”. No sólo eso. La tiendita, vamos, la tiendita estaba construida como si fuera una “choza” del feudo inglés. Estaba verdaderamente fascinado. No sólo yo. El actor que me acompañaba y los ocho extras que venían con nosotros en la camioneta, no dejaban de comentar la grandeza y extensión de las casas, dejando entrever nuestra verdadera riqueza terrenal.
Cuando nos instalamos en la locación, varias vueltas y kilómetros después, salí a caminar con mi cámara para tomarle fotografías a las casas, pero tan pronto me alejé del “campamento”, un coche de policía de Atizapán de Zaragoza me preguntó si “estaba extraviado”. Cuando respondí que no, me preguntó varias veces que hacía ahí.
–Vengo de la filmación. No conocía este lugar y sólo quería caminar un poco.
–No joven, eso no se puede. Regrese para la filmación antes que lo reporten los colonos.
Eso me quitó las ganas de seguir paseando. Ni siquiera después quise intentarlo. Suspiré, agradecí al policía y regresé a la filmación. A partir de ahí, la noche fue aburrida. Otra vez, tuve mis ansias de fumador y más con el frío. Ni que hacerle. Encogí los hombros, pedí un cigarrillo, y miré románticamente la noche, pensando-. Este es un punto decisivo en mi vida.
Nah.