• Tengo una playera roja, que compré en Cancún y me pareció muy divertida, cuyo enorme espacio enrojecido cocacolamente dice: “Enjoy Cock”. La tipografía es la misma de Coca Cola. La he usado un par de veces.

  • Ah que locochón. Hoy la traigo puesta.

  • Sin embargo, ¿qué quiere decir exactamente “Enjoy Cock“? En el sentido literal, claro, disfruta verga. Por supuesto. ¿Pero qué tipo de mensaje pretende dar la playera? ¿”I enjoy cock“? ¿”you enjoy cock“? ¿Cuál es el mercado exacto? ¿Es para hombres que buscan hombres? ¿Es para mujeres que buscan hombres? ¿Es para hombres que molestan mujeres? Digamos que yo la compré para el tercer sentido. Para que una que otra mujercita se ruborice cuando la lea y descubra que no dice Coke, pero Cock. ¿Seguro? ¿No es más fácil irse a los otros dos sentidos?

  • Desde que tengo estas dudas, no me dan ganas de salir con la playera. Hasta que las resuelva y me sienta cómodo con alguna respuesta.

  • Do I Enjoy Cock? Mejor se la regalo a alguien con grandes glándulas mamarias. ¿Alguien dice yo?

  • Tuve un sueño muy raro. Ayer, no sé por qué motivos, estuve un rato obsesionado con la imagen del “Dios Zorro”. The Trickster. No sé como se traduce en México. “El Dios Truculento”. Un ejemplo esta en Loki, o en el Diablo. Una imagen divina que pone trucos y de eso depende la salud de los héroes, de los trucos y de superar en astucia al dios. Por supuesto, Loki ganó cuando se hizo el Ragnarok: liberó a la serpiente y al lobo, los dioses y los guerreros en el Valhalla tuvieron que pelear. Una carnicería donde murieron la mayoría, excepto dos alegres desconocidos. Me quedé pensando en el dios truculento, en el guasón de Batman, el dios de la astucia y la inteligencia.

  • Uno de esos arquetipos de Jung que nos molestan tanto, a los creadores de historias.

  • Soñé, precisamente, que me encontraba con un dios astuto que se llevaba a mis amigos, mis conocidos y mis alegres desconocidos. Había una manera muy sencilla para detenerlo, y eso era (claro, ¿por qué no?) con el sacrificio. Si yo me entregaba al dios astuto, entonces mis amigos y mi familia regresaban. Si no lo hacía, entonces seguiría llevándoselos, uno por día. Sabía que había una forma muy sencilla de romper la astucia del dios travieso, pero no la encontraba. Una donde ganaban todos.

  • Desperté sin encontrarla. Estoy seguro que meditaré la respuesta toda la tarde.