Bien me dijo un buen amigo unas semanas antes de casarme, que no teníamos nada en común, y lo que no era común ni siquiera lo soportábamos, como ambos éramos presa del alcohol lo tomé en parte como chiste y la otra parte me valió madre.

No fue el único que me confesó que no creía nada en el matrimonio entre ella y yo, mis padres, dos ex novias, unas amigas…y medio mundo.

Y es que ahora que lo pienso, me tiene bien descuidado, no platicamos de nada, y hasta se me olvida que andas por la casa, las camisas con los cuellos chuecos, arrugadas, todos mis calcetines blancos son rosas y no ha habido un fin de semana desde que vivimos juntos en que no se le chamusque el pan tostado y desayune huevos y café fríos.

No, no hay nada, ahora lo reflexiono un poco más.

¡Pero qué tetas tan hermosas!

Semidiós disfruta escribir aquí (y allá) sólo por el placer de hacerlo y compartir, principalmente para dejar constancia de su paso por aquí (y allá), siempre piensa que su padre debió tener un blog, ha de ser por eso que ahora Semidiós no puede soltar éste, para que el hijo que aún no tiene algún día se llene la cabeza con sus tarugadas.