Perfecto, al menos todos me lo decían, dedicado, inteligente, con un humor tan refinado, tan culto que por un momento pensé que seria homosexual. Rubio y exagerado, con tendencia a lo extremo, con suerte para los negocios y la música. Jamás comprendí por que no tendrías mas exmujeres, sonrisa que mataría a cualquiera, espalda esculpida por la natación y carisma especial para los niños. Mi madre cayo ante tus pies cuando la saludaste y le pediste permiso para salir conmigo, digo ¿quien diablos en estos tiempos se toma la molestia? Dude cuando después de la segunda cita detuviste mis avances obscenos diciendo que me querías para bien.
Nunca me había sentido tan golfa y excitada por tu negación. Me encapriche y por eso lo hice, por eso te dije que si y que lo hiciéramos rápido. Casorio con toda la parafernalia , bastante decente para organizado con un mes. Lo que quería era llegar a tenerte, no lo resistía mas, por fin la noche de bodas. Te espere en la oscuridad, con un deseo tan enfermo y desquiciante que casi no podía respirar y por fin llegaste a mi, tu peso, tu olor, todo tu, por fin había encontrado mi hogar, mi casa. Fue cuando después de unos minutos de no sentir absolutamente nada en mi, me di cuenta que tristemente serias mi casa incompleta.
Bien me lo decían, la perfección no existe…