Había una canción de U2 que me gustaba mucho. Se llama Mofo. Últimamente ya no la escucho, así como abandoné mi etapa de U2 en algún lugar.

El viernes instalé Snow Leopard en mi máquina. Esta bonito. Me gusta. Sin embargo, hay cosas que todavía no comprendo del todo, por ejemplo porque mi browser se porta MUY lento cuando trato de escribir en mi blog. Además, no pude hacer mis tareas acostumbradas del domingo, como escribir en recolectivo o bien, hacer el random podcast (eso fue culpa de la reinstalación y mis ganas de no reinstalar todo de inmediato). Pensé que podría hacerlo este lunes, pero … nah, lo dejaremos para el próximo domingo.

Sin embargo, noto una mejor estabilidad en varias aplicaciones.

Olvidé respaldar mi librería de iTunes, así que ninguna de mis canciones tiene tags, o estrellitas, también perdí mis listas de reproducción que afortunadamente el ipod aún conserva. Así que aún puede recuperarse.

Lo que perdí con plena conciencia, fueron todos mis mails. Supuse que no habría nada de valor en ellos y simplemente los dejé ir. Así como dejé ir varios otros archivos que he arrastrado conmigo por años. Una limpieza casi completa. Sólo me quedé con algunas cosas. Esta mañana, ya esta iLife en su lugar, iWork, y dejaré bajando el OpenOffice nomás para no instalar nada de Microsoft.

La limpieza de mi computadora, es como limpiar la casa. Abandonar todos esos pedazos que tengo de mis gustos, mis hobbies, y mis deseos. Mientras tanto, sigo explorando Quel’Thalas en WoW. Curiosamente, me he vuelto oficial en una hermandad y nuevamente, me he puesto en esa posición donde tengo que arrastrar chamacos. Mientras que, en la vida real, no se hizo lo de un trabajo que esperaba y al parecer daré clases de inglés.

Y curiosamente, la vida está bien. Muy tranquila, y bien. Ayer le dije a mi mujer que tenía todas mis cosas y mis necesidades aquí, de una manera espontánea. Eso quiere decir que es cierto, y pensar, pensar demasiado, sólo trae pequeños deseos banales y caprichos. Lo bueno de mi trabajo era esa infinita sensación que me daba de estar haciendo algo, de desvelarme, de mantenerme ocupado y estresado. Aquí todavía no encuentro ese ritmo al parecer ya incrustado en mi espíritu.

Esas pequeñas cosas.