El cielo se veía muy bonito: Una combinación de azules y rosas. Amenazó con llover, por eso me regresé pronto.
Vi dos mujeres sonriendo, probablemente hermanas, llevando un collarín en el cuello. Estaban abriendo la puerta de su agencia de viajes.
Hay una exposición de ideas en la BUAP. Es este 6, 7 y 8 de noviembre.
Hoy que pasé por un salón de fiestas, cuyo jardín es grande, vi un perro guardián contra la reja. Es la primera vez que lo veo.
Pasé a comprar cigarrillos. Estaba la niña de los arroces con leche, y me preguntó si quería. Una vez más le dije que no (siempre es así, hasta me da pena que siga preguntando). Había un vagabundo tirado a su lado, parecido a ella. Es la primera vez que veo a este vagabundo.
Vi una mujer muy guapa e interesante en la plaza. Vestía bien. Tenía ligeros rasgos asiáticos. Me llamó la atención.
No fumo cuando camino, y camino bastante rápido. Pasé a comprar cigarrillos para después. No me gusta quedarme sin cigarros. Decidí alargar el camino para llegar a la tienda varios pasos. Al parecer, hice los mismos pasos que si hubiera hecho mi ruta regular, sin desviarme a comprarlos y sin regresar antes por las gotas de lluvia que me dieron en el rostro.
Vi dos colegiales hablando muy seriamente. Buenos amigos, tal vez novios, quien sabe. La chica parecía tristona, el chico tenía una sonrisa… extraña. No empática, sino, hasta diría que burlona.
Me topé dos autos ocupando la acera. Esto me enojó un poco. Me dieron ganas de hacer un sitio, una campaña, o algo por internet, que exprese que las aceras son para caminar, no para estacionar los autos. También consideré la idea de llevar tarjetas con esta leyenda: Las aceras son para caminar, y dejarlas en la ventanilla del auto.
Creo que es todo, fue agradable la caminata de hoy y el ejercicio de recordar.
Agustín Fest estudió media carrera de Letras Inglesas y media carrera en sistemas. Trabajó diez años en publicidad como director y editor de casting. Hizo un par de comerciales, entre ellos, uno de mayonesa. Ha publicado en varias revistas. Escribe una columna los lunes con el nombre de La escuela de los opiliones. Ganó un concurso de cuento. Publicó Panteón de plumas negras (Pearson, 2017), Dile a tu mamá que se calle (Ficticia, 2013) y Así se acaba el mundo (SM Editorial, 2012). Fondeó un libro de cuentos: Aquí no es el cielo (3demonios, 2017).