Escribiré breve estos días, justo como he venido haciendo, para terminar la novela y no volcar mis ideas únicamente en el blog. Pero hay otras cosas que puedo liberar aquí, como mis caminatas, mis procesos mentales y creativos, mis ligeros desvaríos, mis pláticas con los amigos inanimados, mis pláticas cuando mi mujer duerme, porque ella no cesa de platicar cuando duerme. Mi mujer y sus gruñidos, sus suspiros, y sus ligeros ronquidos (tiernos, amorosos y angelicales ronquidos). También esta la cuestión del perro que ocupa el espacio entre nosotros (cual hijo) cuando alguien levanta las sábanas y por el frío se mete debajo de ellas, esa es una cuestión importantísima, y que en cualquier blog que se precie como tal debería discutirse. Tendremos webcomics de Bob, el cacto, y el Señor Fumador. También tendremos el podcast (que todavía no me decido, pero trato) en ciertas fechas. Ya saben que me pueden espiar en mi tumblr, y ver lo que leo. Podría platicar del libro que estoy leyendo, pero estoy leyendo poco, porque la novela ya me tomó los dedos, me tomó los ojos, y paso horas re-editando, re-componiendo, re-escribiendo. Aprovecho, mientras tanto, para disculparme con Don Arturo, al que pensaba dedicarle el podcast anterior pero… se me fue la onda, se me barrió, porque lo hice ya estando un poco cansado, y así pasa cuando sucede.