Zaba hizo un bonito proyecto fotográfico donde tomó a sus amigos y les insertó una frase donde a modo personal, prohibe el abandono de aquello que los hace. En mi caso, yo tengo prohibido dejar de escribir. Me gusta que me lo prohiban, aún cuando no puedo dejar de hacerlo. Si no tengo la computadora, agarro papel y lápiz y… la verdad, dibujo caras y monos. No escribo. Todo lo que escribo es en la cabeza. Ese es mi papel y lápiz de emergencia. Hay muchas historias ahí encerradas y como una promesa, las estoy terminando poco a poco. Una palabra después de otra. Prendo un cigarrito, me tomo un café, salgo a caminar. Las palabras no se callan. Sigo el proceso. Onetti me vería a lo lejos, suspiraría y diría–. Literatura como un amante, ¿recuerdas? –Sí. Lo recuerdo bien. Ya no estoy de ese lado, JC. Perdón. No puedo abandonarlo. Ya no.
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