Todavía, alguno que otro chamaquito despistado se acerca para preguntarme que opino de sus textos o mejor aún, de su blog. Antes de hacerle una pregunta a un escritor (de pacotilla o de verdad), piensa que le estás robando su tiempo. Un escritor ocupa su tiempo en leer, en refinar sus palabras, en ver pornografía, en beber para demostrar el dolor verdadero de un poeta atormentado, en conquistar chamaquitas o chamaquitos preguntones, en traducir los textos que secretamente envidian, o en acercarse a otro arte muy distinto al del escritor. Hey, la puñeta también es un arte. Por eso los escritores de verdad (y algunos de pacotilla, pero que se esconden rebien) abren talleres, así cobran una cantidad justa por enseñarte a escribir y discutir tus pininos de un modo, digamos, literario. Los otros escritores (de pacotilla o de verdad) que no abren talleres, no están sentados esperando tu pregunta y tampoco celebrarán tu valentía. No piensan que van a descubrir un gran talento escondido entre tus líneas y la mayor parte del tiempo, tienen razón. Esto se llama sentido común y rara vez existe cuando apenas empiezas a escribir. Sin embargo, te puedo contar el secreto de los buenos escritores: Lee.
Es cierto. Si quieres escribir, tienes que leer y mucho. Lleva un libro contigo todo el tiempo y lee. Cuando lo termines, si te gustó el libro, no temas leerlo de nuevo. No temas subrayar o rayar la pantalla cara de tu e-reader. Busca, además, por qué utilizó esa puntuación y pregúntate por qué rompió de esa manera las reglas básicas del buen escribir (no preguntes cuales son, debiste aprenderlas en tus primeros años escolares). Después de leer, escribe una o dos líneas. No pienses que posees la verdad en ellas, sólo escribe esas dos líneas que serán –seguramente– resultado de lo que acabas de leer. Sigue leyendo y no dejes de leer. Por favor, no le digas al escritor (como lo hizo otro chamaquito): “creo que me hace falta leer un poco más jeje”. No creas. Te hace falta. La misma valentía que tuviste para hacer tu pregunta es la misma que requieres para seguir escribiendo. Leer abre las dos preguntas básicas de un buen lector: “¿Qué hace?” y “¿Cómo lo hace?”. Esas dos preguntas te enseñarán el camino y responderán tus dudas más básicas. Si tienes suerte, tus preguntas te llevarán a escribir buenas cosas. No te preocupes tampoco por el talento, primero preocúpate por trabajar duro leyendo. Leer te dirá si tienes talento alguno. Lee tus propios textos con la misma consciencia con la que lees tus libros. Eso es una buena forma de comenzar.