Este es el último post en la serie. Hay más libros (míos y compartidos) en los libreros de mi mujer, y aunque tomé fotos y hay otros libros valiosos, he decidido terminar esto aquí. Si alguna vez se animan, los descubrirán cuando los mencione o cuando visiten mi casa. No presto libros, obviamente, por lo difícil que me ha sido conseguir, rescatar y conservar la mayoría y porque… si los presto, en realidad es para dejarlos ir. También cuando compraba libros solía comprar dos ediciones, una para dejarla ir, otra para conservarla. La mayoría de esas ediciones dobles ya agarraron camino y ahora sólo quedan esas otras, ese legado absurdo de tener un libro material en las manos. Este es el espacio final del tercer librero. Está tristón, le faltan cosas, tal vez libros que iré acomodando ahí conforme pase el tiempo. Me falta un libro que no sé donde quedó, con la obra completa de Bioy Cazares (y cómo lo extraño). No tengo libros impresos de Borges, me faltan algunos de García Márquez, me faltan novelas de James Ellroy, impresos de Bolaño, de Hughes, de muchos otros autores con los que me he ido obsesionando a través del tiempo. Hagamos la lista, y terminemos el viajecito. Gracias por acompañarme y por aguantar hasta aquí, si lo hicieron.
Un tomo de la hemeroteca del Universal, “El hombre de arena” (Hoffman), una revista, “Antología personal” (Juan Bosch), “Harry Potter and the prisoner of Azkaban” (JK. Rowling), “La mitad de nada” (Paco Ignacio Taibo I y Enrique Castillo-Pesado –el autor del gato culto, en el Universal–), “A vuestros cuerpos dispersos” (Phillip-Jose Farmer), “Todos los fuegos el fuego” (Julio Cortázar), “El laberinto mágico” (Phillip-Jose Farmer), “El oscuro presagio” (Phillip-Jose Farmer), “Como ser escritor” (Bruguera), “El fabuloso barco fluvial” (Phillip-Jose Farmer), “Los Pnume”, “Los Dirdir”; “Los Wankh”, “Los Chasch”, los últimos cuatro escritos por Jack Vance y un cuaderno que me regaló K.
“A vuestros cuerpos dispersos” es el primero de una trilogía escrita por PJ Farmer (Los otros dos, “El fabuloso barco fluvial” y “El oscuro designio”), el cuarto libro: “El laberinto mágico”, según tengo entendido lo publicó años después para terminar los misterios de la saga. PJ Farmer era un escritor muy interesado por la vida de Sir Richard Burton (el explorador) y en este libro, tiene la oportunidad de hacerlo su personaje principal. Aparecen otros personajes clave en la historia de la humanidad, como Alice Lidell, Mozart, Hermann Goering, Cyrano de Bergerac, entre otros. En el “Mundo Río” (el nombre de la trilogía), despiertan todos los humanos que alguna vez existieron en el mundo, y descubren que no pueden morir, no enferman, y retienen la memoria de su vida anterior. Si los matan, aparecen en otro punto del mundo, generalmente alrededor de personas que son totalmente opuestos a ellos. Narra como estas personas aprenden el esperanto para comunicarse y como aprovechan un material muy básico para construir casas y barcos en el mundo. Excelente historia. Una de mis preferidas en cuanto a ciencia ficción se refiere.
Jack Vance es otro autor de ciencia ficción. Aún no leo esta saga (La saga del mundo Tschai, me parece). Sin embargo, leí otra escrita por el mismo autor llamada “Los principes demonio”. Esos libros los perdí, pero recuerdo que me pareció una de las aventuras más emocionantes que jamás haya leído. Por eso aún conservo estos libros, con la esperanza de leerlos algún día. Esta saga la tomaban como una gran referencia para la construcción de otros mundos. Los detalles de raza, de tradiciones, de cultura y de escenarios.
Este libro lo guardo como una pequeña broma. Lo que más me gusta es la portada: El escritor y la fila de jovencitas esperando su firma.
“La Mitad de Nada”, me lo regaló una novia de lindas piernas. Lo que más me llamó la atención, y lo que me hizo darme cuenta que de verdad me quería, es que uno de los autores es el escritor / dibujante del Gato Culto, en el universal. El Gato Culto, como muchas otras cosas, me llevan a los tiempos mejores, al pasado que ya está cada vez más atrás conforme pasan los días. Recuerdo que lo leía y que me divertía, de chamaquito, aún cuando en algunas ocasiones le pedía a mi abuela que me explicara el chiste. Un dibujo, y una leyenda muy breve. ¿Será una referencia para la microficción? ¿Una invitación al tuiteo? ¿Crítica en sólo una línea? Tal vez. Es un libro doble. Uno acaba una parte y debe voltearlo para leer la otra. Los textos de Enrique Castillo son pequeños, como los de su caricatura, y críticos o con un humor muy especial.
Y finalmente, uno de los tres cuadernos / libro que me regaló K. Este cuaderno me gusta porque debe desatarse para escribir o leer en él. Se puede ver algo de polvo. Dos de esos cuadernos aún no los ocupo. Y uno, era mi diario escolar, donde anotaba textos de referencia o cosas que me gustaría escribir en un futuro. Aún lo uso de vez en cuando. Pero ya tengo muchos de esos cuadernos, todavía no tengo el orden para escribir lo que debo, cuando debo. K me los regaló esperando que escribiera una novela, o un buen texto en ellos. Espero usar los otros dos libros para eso. Mientras tanto, éste se encuentra atado y el otro encerrado con un imán. Así como se ata ese cuaderno, se ata esta plática de libros. Durante los siguientes días, publicaré los posts que escribí en recolectivo, dos diarios (uno a las 9 de la mañana, el otro a las 4 de la tarde). Ya que dejé mi lugar allá, estuve releyendo mis entradas. Algunos me gustan, otros no tanto, pero entran fácilmente a ser parte de este blog. Gracias por acompañarme. Y lean.
