El domingo en twitter, se caracteriza por el mismo barullo de todos los domingos: Hoy es domingo. Tal vez porque twitter hizo algo al respecto no se convierte en algo mágico y misterioso llamado Trending Topic. En domingo no se hace nada, más que las pequeñas quejas que ni se escriben bien porque estamos todos crudos, o tirados en un sillón mirando el techo, y la pantalla, y luego el techo. Conforme avanzan las horas, domingo cambia por lunes: “Mañana es lunes, no mamen. Devuelvan mi fin de semana”. Las variantes de una misma frase se hacen presentes, en todos los sabores.
Mientras que hace algunos años, cuando no estábamos sumergidos de avances tecnológicos, probablemente eran los domingos familiares de subirse a la carcachita y que te llevaran a la playa. Los domingos de Chapultepec. Los domingos de Cholula. El domingo en la Alameda. Los domingos para desayunar en el bufet. Quién sabe. Lo que estoy seguro, es que Velarde habla mejor de los domingos que cualquiera de nosotros.
Domingos de provincia
En los claros domingos de mi pueblo, es costumbre
que en la plaza descubran las gentiles cabezas
las mozas, y sus ojos reflejan dulcedumbre
y la banda en el kiosco toca lánguidas piezas
Y al caer sobre el pueblo la noche ensoñadora
los amantes se miran con la mejor mirada
y la orquesta en sus flautas y violín atesora
mil sonidos románticos en la noche enfiestada
Los días de guardar en pueblos provincianos
regalan al viandante gratos amaneceres
en que frescos los rostros, en Lavalle en las manos
Camino a la iglesia van las mozas aprisa
que los días festivos, entre aquellas mujeres
no hay una cara hermosa que se quede sin misa.
–Velarde. 1908