Que nadie me diga lo contrario. Los chamacos caminan con las narices rojas y los adultos tosen como si estuvieran a punto de morir. Las bufandas, los gorros, los guantes y las vitaminas mágicas para protegerse. Mi mujer está en cama, con una fiebre de treinta y ocho grados y como yo soy muy paternal, por supuesto, estoy en la otra habitación fumando y escribiendo esto. No se crean, más tarde iré a su lado y seguiré analizando esa fiebre, con todo mi conocimiento médico y santero, para arrancársela de la piel. Ojalá fuera de esas otras fiebres, ustedes me entienden, de la buena fiebre, que se puede curar, ustedes me entienden, sin medicinas y usando puro cuerpo. A lo que te truje chencha. Yo también estuve enfermo. Todavía lo estoy, todavía toso pero desde hace años sigo fumando aún con la gripa porque… un cigarrito no hace nada, dos cigarritos menos, nada pasa. Toso igual que si estuviera sano. Tengo uno de esos propósitos de año nuevo, ilusos, de abandonar el cigarrillo con la llegada del nuevo año. Son los treinta y siete pesos, me digo.

Está a punto de terminar el año. Este año escribí más de doscientas entradas. Es bueno. Hay años donde sólo fueron 170 ó 160, ni siquiera la mitad del año. Esta vez escribí más, aún cuando refugié en la brevedad. En otra ventana, hay latigazos y en la otra, hay un libro de cuentos que me prometí escribir. Latigazo, escríbele, latigazo, escríbele, piensa en la voz y en todo lo que has dejado atrás. Subrayé algunos momentos del Tambor de Hojalata, ya se los compartiré en el blog para que ustedes miren un poco de lo que yo miré. Ahora estoy leyendo un libro de Onetti: “Tiempo de abrazar”. Onetti es tremendo para esos personajes hartos, cansados de la vida. Personajes que odian, personajes que se aburren, personajes que necesitan hacer algo peligroso para evitar la rutina asquerosa de sus vidas. Me descubrí fijándome en sus puntos, en sus verbos, en sus transiciones, en su acción. ¿Qué hace Onetti para dirigir la acción en un personaje? ¿Cómo logra empalmar esos pensamientos internos, ese narrador, con las acciones de ese personaje? Preguntas, y más preguntas, que respondo mientras leo.

Diciembre es enfermedad. Pensaba en irme a México, pero con la esposa enferma, es mejor reposar y viajar después. Ni yo me siento del todo bien. A veces toso, como si mis pulmones quisieran liberarse de mi cuerpo. Estas vacaciones trabajaré en mi biblioteca de libros digitales, que son muchos. Los ando organizando con una aplicación llamada Calibre. Incluso puede organizar comics en formato cbz y cbr. Para leer, me cambié de iBooks a Stanza. La razón es porque Stanza es más estable con los libros más grandes. Será.

Es hora de ir a comer, la comida… cura la enfermedad.