EL PERRO
MANUEL JOSÉ OTHÓN
No temas, mi señor: estoy alerta
mientras tú de la tierra te desligas
y con el sueño tu dolor mitigas,
dejando el alma a la esperanza abierta.
Vendrá la aurora y te diré: “despierta,
huyeron ya las sombras enemigas.”
Soy compañero fiel de tus fatigas
y celoso guardián junto a tu puerta.
Te avisaré del rondador nocturno,
del amigo traidor, del lobo fiero
que siempre anhelan encontrarte inerme.
Y si llega con paso taciturno
la muerte, con mi aullido lastimero
también te avisaré… ¡descansa y duerme!