Hola.
Lamentablemente, escribir es una profesión para la que vives. Es decir… el escritor no siempre escoge escribir, sino que escribe porque no tiene de otra. Todavía escribo porque es una disciplina que se acumuló con los años y estoy a una edad donde, aún cuando abunda la idea de abandonarlo, me descubro en el mismo lugar: Escribiendo. Ni modo. Así las cosas.
Divertirse importa pero lo mejor sazonado se escribe durante una tragedia. El escritor no siempre es un hombre entretenido buscando palabritas y humores tiernos, o sencillos. Luego lo verás en gravísimo silencio, buscando la palabra exacta para continuar un texto. Sobre todo si es poeta… y de los buenos. El escritor tiene muchas responsabilidades y tiene que escoger cuales le gustan: denunciar los problemas de su tiempo (internos o externos), rescatar un lenguaje perdido, inventar uno nuevo, poner el dedo sobre lo que otros no han visto o entretener, y siempre entretener, en tiempos oscuros.
Otras veces lo verás tirado sobre la cama, rascándose los testículos y adivinando que su sombra lo piensa como un ente patético y lamentable.
Pienso que para ser un buen escritor tienes que leer mucho. El destino de muchos escritores es seguir leyendo, y encontrar su camino en textos ajenos. Si apenas comienzas puede sonar a una tontería. Si llevas unos cuantos pasos te puede sonar cierto. Si tienes años haciéndolo te das cuenta que todo texto es la posibilidad de crear uno más y que escribir es el cúmulo de lo vivido y de lo leído.
Ahora… la remuneración económica. Que lo que escribas pague. Tienes que buscar lo que vas a escribir. Tienes que presentarte a talleres y diplomados. Tienes que buscar colectivos y hacerte, poco a poco, de un nombre junto a cientos, miles, de aspirantes a escritores y otras disciplinas. Tienes que preparar cada año libros para los concursos nacionales y estatales. Tienes que buscar el apoyo de becas estatales y nacionales, con la creación de proyectos que le parezcan atractivos al gobierno, o al jurado, o a la divinidad correspondiente que tome la decisión. Además, debes sentarte a buscar tu voz: Cómo vas a escribir.
¿Ya sabes qué es lo que escribes? Probablemente puedas mandar colaboraciones a un periódico, a una antología de cuentos o de poesía, reportajes para una revista o artículos, ensayos. Tienes que educarte en esas disciplinas, escribir lo que probablemente no te guste y estructurar una persona en base a lo que escribes. Después de muchos años, quién sabe, tal vez escribir te deje para vivir y se vuelva un alimento mutuo.
Lo que te propuse anteriormente requiere mucha labor social. Yo escogí otro camino, uno que muchos no aceptan: publicar por mi propia cuenta… y además, en internet. Mucha gente todavía gira los ojos cuando escucha eso. De por sí, escribir para mucha gente suena como una profesión terrible e inútil, imagínate si lo intentas por internet. En mi caso… Escribir no me deja para vivir, pero me permite uno que otro pequeño lujo. Afortunadamente también me permite seguir escribiendo. Es lo que importa.
Una sugerencia es que busques una viejita millonaria que le gusten tus textos y te ponga deleznables actividades íntimas que te proporcionen los bonos económicos necesarios para seguir escribiendo. No lo he hecho. Alguna vez tuve la oportunidad de hacerlo. Ahora sólo me imagino esa posibilidad como un cuento. (Lástima).
Espero que te haya sido de ayuda.