Breaking Bad me provocó dos cosas desde el inicio de la serie hasta el momento en que Hank, cagando en el baño, recoge el ejemplar de “Leaves of Grass” de Walt Whitman y descubre quién es W.W.
La primera fue una angustia incesante por ver como una buena persona se corrompe y la segunda una carcajada ocasional por situaciones negras. Ahora que empezó la carrera por terminar la serie, la primera cosa se ha mantenido e incluso se ha extendido hasta tocar a otros personajes pero la segunda… se esfumó.
Eso lo descubrí después de ver el último episodio. En tres episodios hubo dos momentos cómicos (dudo de uno, el otro rompió la tensión brevemente): el largo monólogo de Star Trek y cuando Hull se acuesta sobre una cama de dinero, cuz he gotta do it, man. El segundo momento fue especialmente breve porque los personajes, acostados sobre millones de dólares, juegan brevemente con la idea de robarse el dinero hasta que el otro le recuerda que W.W. es un hombre que mató a diez cabrones en un espacio de dos minutos y termina con preguntarle si quería arriesgarse a traicionar a alguien así.
El primer momento, al principio, creí que sería una especie de anuncio (lo pensaba y lo pensaba) pero en kotaku leí que es un cebollazo a Vince Gilligan, quien constantemente chacoteaba con el script a los escritores de la serie (y además, se puede ver una versión animada del mismo, creada por los fanáticos). Parece que, más que romper la tensión de la serie, ese momento en especial fue creado para “detenerse y oler las rosas”. Un simple retraso, nada para tomarse en serio, y prepararse para lo que viene.
Aunque disfruto, y mucho, las situaciones tensas en las que los personajes están involucrados, extraño el humor. Lo mío es una queja momentánea, quizás se solucione en los siguientes episodios y también entiendo el otro lado: no hay tiempo para reír, es hora de pagar (y también paga el espectador, ¿pues qué esperaba? ¿Qué Walter se saliera con la suya?).
Será que en Jesse, quien estaba un poco ausente de la serie y en éste último descubrimos donde está, para donde va y lo realmente furioso que está, deposito mis esperanzas para la redención no sólo de W.W., sino de Hank, de Skyler y del propio Jesse. Aún recuerdo su momento final en la temporada pasada: Destruido y temeroso apenas recibe las bolsas de dinero porque teme que su padre, su compañero, se ha convertido en el dueño del Imperio y hacer algo que no le parezca al don, lo que sea, puede costarle lo poco de vida jodida que tiene. Es interesante como han cambiado los papeles: ahora Walter observa desde la sombras, mientras que Jesse está a punto de arder.