Resulta que A Bird Story no es un videojuego, es una experiencia interactiva, un corto que está hecho como un trailer larguísimo para los fanáticos de “To the Moon”. Sin embargo, no por ello evitan introducirlo en bundles o han dejado de venderlo en sesenta pesos. Si llegas por casualidad a esta experiencia interactiva, como lo hice yo, espera una posible decepción, aunque para algunos (los menos) puede ser interesante.
Como dije en la reseña en video, es posible que A Bird Story ofrezca una alternativa fresca en cuánto a métodos narrativos. A través de un mundo simulado en 16 bits, los desarrolladores nos platican la historia de un niño muy solo y su amigo, un pájaro. El niño viaja a través de diversos mundos y sueños para divertirse con su amigo hasta que llega un día, finalmente, que entiende debe regresarlo a su hogar, con su familia. El arte de pixeles es bellísimo y la música es buena aunque por momentos abusan de ella y, por lo mismo, el producto atraviesa la línea de lo dulce a lo cursi con una horrible facilidad.
Sin embargo, como esto no es un juego sino, reitero, una experiencia interactiva, no hay ninguna libertad en cuanto al modo de conocer la historia. Es una línea de principio a fin que a veces te permite colaborar con pequeñas ternuras para endulzar un producto que, de por sí, ya tiene demasiada azúcar. Los únicos actores son el pájaro y el niño: no hay cajas de texto, los sonidos son breves y, a pesar de que hacen un trabajo excepcional en animación, los gestos de los personajes están demasiado abiertos a la interpretación.
En resumen: no recomiendo la compra de A Bird Story a no ser que seas fanático de los desarrolladores y quieras, de algún modo, aportar dinero a su trabajo. La historia por sí misma no tiene la calidad para sostenerse y, aunque el método narrativo es novedoso, a mi juicio no basta para provocar al jugador / lector irse de principio a fin. Si de verdad quieres ver de que se trata, mejor búscalo en YouTube o pídeselo a un amigo que lo tenga.