Qué pedo con Pixel Puzzles Undead. Pensaba escribir una reseña lujuriosa, cachondona, sabrosa… pero después de tres horas de juego, lo único que escribí en mi libreta fue Méh. Y es mi culpa, es mi pobreza intelectual para tratar una propuesta tan innovadora como esta. Miren. Después de mucho tiempo, he aceptado que si algo no me gusta probablemente primero sea mi culpa y después todo lo demás. Si es mi culpa, lo admito y me voy, en santa calma, a un lugar donde me sienta más cómodo, más relajado, más yo.
El problema es que Pixel Puzzles Undead no es un mal juego pero es bien pinche extraño. Resulta que debes armar un rompecabezas mientras un cabrón, en la parte inferior de la pantalla, le dispara a unos zombies. EL cabrón es chistoso porque es un motociclista que se sostiene la barbilla en un gesto, definitivamente, interesante e intelectual. Y tú lo controlas. Es como Kasparov vs. Terminator. Ahora tienes que chingarle por ambos lados: intelectual, por el rompecabezas, y coordinación y destreza para matar zombies rápidamente. Al principio puedes dividir tu cabeza entre uno y otro pero entre más avanzas, el juego exige una mejor coordinación por ambas partes.
Quizás lo que no me gusta es que este juego combina dos géneros casuales muy distintos: la matanza en chinga y el rompecabezas que, más bien, suele ser un método de relajación, un estrés suavecito. O sea, si voy a armar un rompecabezas pues es una cosa que puede tomarme horas, días, años… voy por mi caja de cien mil piezas y seguro una de las mesas de mi casa ya valió madre, y no servirá para otra cosa hasta que termine de armarlo. Por otra parte, si voy a jugar una ráfaga de matanza, es una cosa de media hora, una hora, y seré feliz disparándole a los zombies en medio de la cabeza, tanto como la vida virtual me lo permita, y si algo pasa, ya sea mi muerte o el fin del juego, no hay pedo, ya salí, ahí estuvo, a chingar a su madre. Si tratas de combinar ambas cosas, el resultado es Pixel Puzzles Undead y nomás no me gusta.
Primero empecé como lo pide el juego: mataba chingaderas mientras exprimía mi cabeza y después, ya harto, quité a los cabrones y simplemente me dediqué a armar los rompecabezas. Qué cosa más aburrida la segunda. Además las piezas no tienen una forma común, así que se complica un poco y puedes chingarte la retina tratando de ver las patitas que embonan con las otras patitas.
NO recomiendo Pixel Puzzles Undead a no ser que… de verdad tengan esa maldita necesidad de matar zombies mientras arman un rompecabezas.