Balance. Balance. Balance. Es lo único que podía pensar mientras jugaba Dead Horde. El videojuego es un top-down shooter donde matas zombies. Nomás con eso el producto ya se escuchaba bastante rico, pensaba que si no fuera uno de los mejores juegos, al menos sería un delicioso divertimento casual. Pero no fue así. Balance. Al juego le falta mucho balance.
Tuve que repasar el material que grabé porque no recordaba bien el juego. Mis notas sobre el mismo no decían mucho. Sólo había anotado y subrayado una palabra: “Méh”. No recordaba que estuviera así de pinchón. Bueno, ¿pero qué falla y por qué? Para empezar, te dan una ametralladora la cual necesita un cartucho entero para matar a un zombie. Y cuando te salen de cinco o seis zombies, tienes que hacer todo un circuito de cardio mientras apuntas y disparas a la vez si no quieres morir. Ser un atleta no es difícil (claro que no es difícil, no en el mundo de los videojuegos), sin embargo es tedioso.
Jugué un poco más. Tenía esperanzas: junté dinero para comprar una escopeta y, pensaba, por ser un arma comprada, tal vez sería más satisfactoria y daría mejores resultados al apretar el gatillo. Pues no. Gasté una cantidad significativa de monedas oro-zombie en comprar la escopeta y actualizarla un poco, pero al final se sintió como si disparara un escupitajo al aire. Necesitaba uno o dos tiros para matar un zombie. Recargar era lento. Y además, a diferencia de la ametralladora, no tenía balas infinitas. El juego no bromea cuando sugiere que metas todo tu varo a la ametralladora. Y qué aburrido.
Tuve tiempo para arrepentirme por mi compra; en los siguientes checkpoints empezaron a surgir zombies más fuertes. Y no es que uno o dos puntos de actualización en el arma me ayudaran a matarlos de golpe, al contrario, nomás ayudarían a que el tedio de apuntar, correr, recargar y disparar, durara menos tiempo.
Por lo demás, el juego es funcional, convencional, mediocre: sonido, gráficas, diseño de niveles. No recuerdo pero tengo la sospecha de que lo hicieron en Unity. Aunque un top-down shooter rara vez se destaca por otras cosas que no sea el balance, es decir, la sabrosura del sistema de juego. Lo importante es la satisfacción de matar hordas de pixeles o de modelos tridimensionales y aquí no la hubo, en ningún momento. Pensaba tener el corazón de recomendar este juego en un bundle o algo así, pero la verdad, no, me parece imperdonable. Hay mejores juegos, por el mismo varo, con la misma mescolanza de géneros y mucho más divertidos. Me da tristeza pero debo decir la verdad: si es posible, huyan de esta chingadera. Quemen cartucho. Corran atrás. No permitan que los alcance.