Dos, el ser humano, considerado tanto en su dimensión de individuo como en su dimensión de colectividad, ha demostrado a lo largo de todo ese proceso que acaso erróneamente se ha llamado evolución que tiene una capacidad probada e inigualable de echarlo todo a perder, y de conducir a una decadencia temprana a todo aquello que parecía más o menos prometedor (i. e., las nuevas generaciones, ésas digamos que en algún momento eran nuevas y prometedoras y que terminaron incluyendo los términos papichulo, amigovio, via, tunear (en su tercera acepción) y, por supuesto, no podía faltar, punk, en el diccionario de la RAE). Lo mismo que se decía hace un par de años de las redes sociales se decía hace diez años de los blogs, hace medio siglo de la televisión, hace doscientos años de la prensa, en el Renacimiento de la ciencia y el arte, en el Medioevo de los libros y en la antigua Grecia de la gente. Todo eso se ha echado a perder. Empezando por la gente, que se encargó de echar a perder todo lo demás.

Tres, las tías.

via Un tranvía que se aleja | By Julio Romano.