También tomé una nude, y la iba a subir, pero hoy me miré al espejo, suspiré, y me dije: ya no soy un muchacho. Solía estar sabroso.
Bueno, pero tampoco soy pudoroso. No le digan a Sol porque después de reírse, me come a besos. Por cierto, visiten los estudios nudes de César Galicia y Delia Ochoa.