• Traté de instalar BloodRayne recientemente en mi computadora pero la maldición del oldware me lo impidió. Resulta que el juego sólo funciona con ciertas tarjetas y si tienes una AMD, mala suerte (tienes mejores probabilidades con una NVIDIA, pero no sonrías, no son muchas). Lo que es peor: este excelente juego a menudo lo encontrarás en bundles por uno o dos dólares y probablemente sentirás la tentación de comprarlo. No lo hagas, resiste. Primero garantiza que tu equipo cumple las características necesarias y aún si las cumples, tendrás que navegar un rato y hacer un montón de truquillos para que el juego arranque. ¿Vale la pena? Si consigues jugarlo, sí.

  • Para el Let’s Play de este juego, lo jugué en emulador de Playstation 2. El juego corrió bien, con pocos contratiempos. Quiero suponer que la versión de PS2 y PC son similares si no es que son virtualmente iguales.

  • En este juego asumes el manto de BloodRayne, un personaje mitad vampiro, mitad humano, que fue reclutada por una organización misteriosa para detener la resurrección del demonio Beliar. Durante tres capítulos, perseguirás a nazis y criaturas diabólicas para conseguir las partes del cuerpo de Beliar y eliminar una jerarquía de nazis ocultistas, además de descubrir sus planes (conquistar el mundo, destruir el mundo, da lo mismo… son nazis, vampiros, zombies… los escotes son abundantes, las groserías también y las alusiones sexuales, las cuales son abundantes, hicieron felices a muchos durante nuestra pubertad).

  • El género del juego es acción de plataformas tridimensional de hack & slash. Aunque a veces los madrazos se perciben incómodos, por lo regular son sumamente satisfactorios. No tienes que hacer otra cosa que apretar el mismo botón, girar, cambiar la velocidad del tiempo y seguir cortando cabezas. Es simple pero divertido. Este juego no tiene molestos acertijos, gracias al cielo, pero es bastante lineal de principio a fin. A veces hay uno que otro reto, como ir rápidamente de un lugar a otro o buscar en niveles grandes el camino correcto para seguir la historia, pero nada muy desesperante.

  • No sé si fue porque lo jugué en emulador, pero disfruté mucho de las texturas y los colores de BloodRayne. La ambientación es excelente pero quizás la reminiscencia reactivó mi amor por los clásicos. El juego tiene unas abundantes fugas de luz verdes, azules y rojas que eran muy comunes en los juegos de PS2. Las actuaciones de voz son entretenidas y cumplen su cometido: la burla, el escarnio, el estereotipo. Aún cuando los modelos no son detallados y las texturas no son de altísima resolución, el juego consigue provocar la incomodidad en ciertos escenarios y momentos gore.

  • Los capítulos son sumamente largos. Por momentos creí que el juego sería breve, pero no, se las arregla para extender escenarios y cambiarlos de acuerdo a la historia. Esto mismo me mantuvo despierto, pero a veces sentía que alargaban demasiado lo inevitable y se repetían demasiado ciertas rutinas (mata al oficial, mata al oficial, mata al oficial). Los jefes me recordaron los primeros jefes de Wolfenstein 3-D y eso me hizo sonreír. Hay algunas mecánicas más complejas dentro del juego pero son, la mayor de las veces, inútiles o sobrantes; dudo si servirán de algo en una dificultad mayor (yo lo jugué en normal).

  • El personaje de BloodRayne, aunque inevitablemente estereotípico, logra cierta empatía con el jugador y uno termina interesándose por ella. Algunas veces sus pequeños desplantes me recordaban a Duke Nukem pero con una personalidad aumentada y con cierta oscuridad y pesimismo. Claro, algunos se verán atraídos por el vestuario y los senos de la pelirroja que rebotan, y rebotan, y rebotan, pero BloodRayne también consigue armar una historia de oscuridad y un desarrollo sangriento. Quizás por eso explotó la imaginación de otros más allá de los juegos, y por eso tenemos no sólo la continuación del juego, pero películas y cómics.