• Cuando fisgué las reseñas de este juego, empecé a esperar un juego medio troll. Me equivoqué. Una vuelta puede ser un acertijo sencillo, a veces ingenuo y maligno como un niño (de los culeritos); otras veces es un maldito mind fuck. Es el papá de los trolls, el dios cuántico del caos. En varias ocasiones detuve mi breve paseo para acordarme de respirar y musitar: vaya, qué ingenioso. El juego se convirtió en algo parecido a leer una hermosa y detallada pieza narrativa.

  • Cada habitación, cada pasillo, tiene sus propias reglas y representa su propio misterio. Cada vez que entras, lo primero que buscas es el póster motivacional, la ilustración a manera de caricatura vieja, que te da una pista de lo que debes hacer (recordé las viejas caricaturas de Goofy en las Olimpiadas). En algunas habitaciones tienes que caminar muy despacio, en otras tienes que mirar la ventana desde otra perspectiva para transportarte y en otras más, no mires abajo, porque el ojo te está esperando.

  • (Parece que el juego es un continuo aprendizaje de mecánicas. Lo que aprendiste en un lugar no necesariamente funcionará en otro. Se dice que hay varias maneras de resolver ciertos lugares de acuerdo a tu propia experiencia, incluso dependiendo de tu propio carácter o historia de vida. El desarrollador, un poco arrogante, invita al jugador atorado en el juego a abandonarlo, irse a dormir y soñar la solución. Quizás tiene razón.)

  • Supongo que el ojo es el adversario (pun intended). Pero también el ojo forma parte de los acertijos. Este es uno de esos reflejos nefastos donde descubres que tu peor enemigo eres tú mismo (!).

  • No quiero decir más porque arruinaría algunas sorpresas y la belleza de encontrar la solución en el camino. Recomiendo Antichamber por su brevedad y su complejidad. Parece sencillo en el diseño pero no lo es, cada acertijo está bien pensado y bien colocado. Es una canción de misterios, un paseo de enigmas y satisfacciones. Pocos juegos han logrado provocarme sensaciones de inquietud e inspiración tan precisas como Antichamber.