Barrier X es un difícil videojuego de velocidad, pistas y reacción. Es neta, este juego no perdona. Controlas a una nave en un paraje colorido, iridiscente (!) y debes evitar los obstáculos. Tú no controlas la velocidad, sólo decides por qué pista ir. Antes de jugar, espero tengas listas las gotitas de los ojos. Si sobrevives, cada 15 segundos aumenta la velocidad y puedes irte despidiendo de tu progreso. Los segundos se sienten como días y tensan los dedos y los brazos.
Confesión: yo sólo pasé un nivel antes de rendirme un buen tiempo pero uno sólo fue muy satisfactorio. Claro, quizás si hubiera bebido menos whiskey me hubiera ido mejor pero eso lo dejaremos para otra ocasión. Prefiero creer que existen los héroes silenciosos que manejan Barrier X con una pericia sobrehumana.
Me gustó el diseño del póster del juego, tuve una ligera reminiscencia a las imágenes promocionales de juegos de los noventa. También me gusta que apenas te da tiempo de descansar. En cuanto mueres, ya está preparado el siguiente viaje para ver si te va mejor. Los obstáculos son generados al momento y aleatoriamente. No hay chance de memorizar pero eso no quiere decir que sea imposible. La música está bien, va de acuerdo a la tortura que promete el juego y el diseño me gusta mucho; es sencillo y funciona perfectamente dentro del juego. Parece, sin embargo, que es parte de una estética que proponen los jugadores (véase su otro juego: STANDBY). Quizás habría que prestar atención a esta empresa de desarrolladores indie para ver qué otras torturas ofrecen.